No creo que sea cuestión de paciencia, sino de inacción por nuestra parte, si todos los que nos sentimos estafados por preguntas que, lejos de evaluar nuestra capacidad, nos confunden en los exámenes por su nefasta, deficiente y más de una vez mala fe en las preguntas, sobre todo en las de tipo test (donde no olvidemos, los criterios de penalización, ya sea por cantidad de preguntas bien o por lo que descuentan por error que en nada -señalar que son bastante perjudiciales para el alumno-), nos quejásemos POR ESCRITO, MEDIANTE INSTANCIA AL DEPARTAMENTO, solicitando la anulación de la pregunta por su deficiente o confusa redacción, estoy seguro de que cambiaríamos las cosas, pero esa es mi humilde opinión.
Lo digo desde la propia experiencia (he llegado hasta el recurso de azada ante el rector).
Unas pocas instancias poco harán, pero si masivamente se producen esos escritos veréis como no habrá que lamentarse de tanta pregunta capciosa y que pueden suponer la diferencia entre aprobar o suspender la asignatura.