Tenemos una profesión en crisis. Las restricciones legales, la paulatina privatización de su enseñanza, el áurea elitista que se ha impuesto sobre la misma ha hecho que sea una profesión muy proliferada pero donde pocos son los que consiguen el "éxito". Este "éxito" es tal si se termina siendo abogado de alguna gran multinacional, y donde se trabaje para eludir los pocos resquicios que quedaran de la legislación protectora laboral o aquella que en algún momento estuviera para proteger la industria nacional, nuestras PYMES y el sostenimiento autónomo de nuestra economía.
Es una profesión cuyos servicios se hacen caros innecesariamente, con efectos muy gravosos para los clientes, que solo acceden a los servicios nuestros mediante honorarios carísimos, que son además los que recomiendan los colegios profesionales. Se les hace pagar a nuestros clientes los costes de esa áurea de despachos con alquileres caros y decoración pseudolujosa.
Reconocer y terminar con esta realidad creo que es algo fundamental para que la gente le pierda el miedo a contratar un abogado y para dar una efectiva asistencia jurídica a nuestro pueblo, que debería ser el objetivo rector de nuestra práctica profesional.
Algunas propuestas:
-Rebaja general al 20% de los honorarios profesionales recomendados. La gente contrataría abogados más habitualmente y habría más trabajo para todos. Los que tienen muchos casos, ganarían un poco menos, y los que no tienen nada, empezarían a trabajar en su profesión.
-Eliminación de la obligación de tener despacho profesional. Que la asistencia o entrevistas a clientes se dé en los colegios profesionales, que para eso pagamos unas cuantiosas sumas de colegiación sin saber demasiado bien a qué van.
-Eliminación de otros gastos suntuarios de nuestra profesión para poder darle mayor atención a la efectiva asistencia jurídica de nuestros clientes y/o reciclaje profesional.
Yo tengo trabajo gracias a eso. Cobro menos del 20% de lo que establecen los honorarios, eso me permite pagar mi colegiación sin necesidad de tener despacho y si quisiera, tener mayor clientela, que a veces tengo que rechazar por no estar próximo al lugar de residencia.
Son ideas, que bien consideradas, podrían facilitar que muchos compañeros pudieran incorporarse de verdad al trabajo de abogado.
Un saludo