Mis aplausos al apunte de Marini. Eso para empezar.
Para seguir: mi respeto ante la figura de Suárez. Peeerooo, tampoco nos pasemos, señores. No hace falta exagerar.
La figura de Suárez se torna GRANDE si la comparamos con la maraña de corrupción, la mediocridad de los políticos actuales, la inexistente oratoria en la actividad parlamentaria. Con el panorama que tenemos, no es extraño que se mire hacia atrás con esa admiración.
A mí tanto boato con estas exequias, no me han parecido sino un ensayo para cuando la palme el Borbón (café que me tomo).
Y sí, claro. DEP