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Autor Tema: ¿Ha estallado una burbuja en el mercado de deuda pública?  (Leído 292 veces)

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¿Ha estallado una burbuja en el mercado de deuda pública?
« en: 17 de Junio de 2015, 08:34:02 am »
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Los tipos negativos han sido una realidad en el mercado de deuda pública durante los últimos meses. Los prestamistas llegaron a «pagar» por comprar deuda soberana de países como Suiza, Francia o España. Sin embargo, la tendencia parece haber desaparecido en las últimas semanas. Muchos expertos culpan a la incertidumbre generada la falta de un acuerdo entre Grecia y Europa o las previsiones de inflación, pero ¿Son los únicos motivos?

Distintos analistas del mercado de renta fija señalan que el reciente mantenimiento los tipos de interés bajos han generado una burbuja especulativa que en la actualidad podría haber estallado. La conocida como QE o expansión cuantitativa puesta en marcha el pasado mes de marzo por el BCE impulsó la compra de deuda pública por valor de 60.000 millones de euros hasta septiembre de 2016, una gran inyección de liquidez en el sistema que provocó que las rentabilidades de bonos a medio y largo plazo fueron descendiendo paulatinamente.

Además, la ausencia de inversiones rentables alternativas a la compra de deuda soberana para los inversores o el coste de promover los depósitos para las entidades fijado por el BCE también contribuyeron a la bajada de tipos. Todo ello pudo provocar cierta especulación alcista en el mercado, ya que ciertos inversores podrían llegar a esperar que este descenso de los tipos –con su consecuente subida en el precio– continuara durante los próximos meses y permitiera obtener plusvalías a corto plazo.

Esta situación podría favorecer el aumento de la emisión de deuda soberana y el consecuente endeudamiento de los Estados. Por otra parte, los inversores podrían llegar a asumir más riesgos en activos poco seguros dada la baja rentabilidad de los bonos.

En este sentido, Javier Urones, analista de XTB, afirma que la política expansiva del BCE provocó que «la renta fija proporcionara tranquilidad», pero también reconoce que pudo generar «una especie de burbuja de tipos de interés bajos» en el mercado debido a determinadas «descompensaciones».

Desde hace algunas semanas se ha producido un cambio de rumbo. La rentabilidad del bono español a diez años, por ejemplo, se ha situado desde el inicio del mes de junio por encima del 2%, e incluso el «bund» alemán, un tradicional valor refugio en el mercado de renta fija, se situó en el 1% a pesar de contar con intereses negativos en los últimos meses. Entre los factores que han provocado esta situación destaca las negociaciones entre Grecia y la Unión Europea, las cuales han provocado ciertas tensiones en los mercados por el miedo a un posible impago heleno.

A pesar de ello, la burbuja, si se ha producido, no parece haber estallado. Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG, cree que esta corrección se ha producido, en parte, por los «capitales especulativos, que son volátiles y entran y salen del mercado de deuda rápidamente». Además, esta tendencia también se explica por el temor de que el BCE cesara su inyección de liquidez «antes de tiempo» por la recuperación económica y el crecimiento de los páises de la Unión Europea. Pingarrón sostiene que si este movimiento se produjera sí que habría un «movimiento pronunciado» en los mercados, pero por el momento solo ha habido una «corrección técnica».

En esta misma línea se pronuncia Urones, que habla de «un proceso de corrección» de los tipos de interés. «Ha habido un impacto limitado, casi nulo, pero hay que ser prudentes», afirma el analista de XTB. La salida del Euro de Grecia es otro de los posibles «impactos» en los mercados que percibe Urones, ya que «afectaría tanto al mercado de renta fija como al de renta variable».

Para Nuria Álvarez, analista de Renta 4, «no existe una burbuja en los tipos de interés, pero sí es cierto que el mercado está condicionado por las políticas del BCE».

Cualquier movimiento en Grecia decantaría la situación, para un lado o para otro. En el mejor de los casos, el acuerdo entre el país periférico y Europa favorecería un aumento en el precio de los bonos y un descenso en su rentabilidad. En el peor, el Grexit o la suspensión de pagos generaría un desplome en los mercados de renta. Un hecho determinante para los volátiles tipos de interés. La burbuja, si es que se ha producido, vive pendiente de Grecia.