España es vista como una cueva de ladrones y de ganster. Han hundido España, el mayor saqueo de la historia de este país.
705 políticos y el clan gallego
- Montoro prende la mecha con Rato pero detrás van numerosos amigos de Rajoy.
Luis Fraga, Luis Bárcenas, Iván Yáñez, José Ramón Varela, Enrique Beotas (†), Tito Pajares, Ángel Brea de Benito, Jesús González Mateos, Jesús Alvarez Fernández-Represa, Javier Fernández o Hernández, Javier Botín, Ángel Sanchís, Francisco Muro de Iscar, Jorge Rosenvinge, Autopistas del Atlántico (AUDASA), Autopistas Concesionaria Española S.A. (ACESA, hoy Abertis), Internet Saludigital, V&S Multimedia, JB Capital Markets, Gabana, Fundación Sinequanon, Brixco S.A, La Moraleja S.A… ¿Qué tienen en común todos estos nombres de particulares y empresas? Una investigación de “Espía en el Congreso” revela que una buena parte del discreto “clan gallego” de Mariano Rajoy, que se conjuró para llevar al político compostelano hasta la Moncloa, está en la lista de los 705 defraudadores fiscales que oculta el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
Sin embargo, la mecha ya ha sido prendida y detrás de Rodrigo Rato figuran los nombres de políticos y empresas asociadas a ellos que medraron con las concesiones y contratas públicas, inversiones en fallidos medios de comunicación digitales, autopistas, plantas de residuos… Hay senadores, diputados, jueces, funcionarios, abogados, periodistas que trabajaron en partidos políticos… Y al final, una cuenta en Suiza: la 8401489 del Dresdner Bank. La Agencia Tributaria española ya posee el informe de la consultora suiza Info4c sobre los “Politically Exposed Persons” (PEPs) que tenían firma en la Confederación Helvética y que repatriaron sus fondos a España con la amnistía fiscal de 2012, un escándalo que conmocionó a la comunidad financiera internacional porque fue la primera decisión tributaria que adoptó el flamante Gobierno de Mariano Rajoy. La mayor influencia se le atribuye a Luis de Guindos (Lehman Brothers) como ministro de Economía. Pero el decreto lo rubricó Cristóbal Montoro.
Azuzado por la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, que ven detrás de cada político español del régimen bipartidista un defraudador o mentiroso en potencia (ha tumbado numerosas estadísticas económicas españolas por fraudulentas y ha apercibido al régimen por falta de garantías jurídicas y libertades en numerosas ocasiones), Montoro se ha echado atrás. Algunos dirigentes del PP, sabedores de la hecatombe que tendrá lugar el próximo 24-M con el auge de los nuevos partidos y el brío con que la sociedad civil española ha tomado las riendas de la crítica política, la moralidad pública, el empoderamiento civil y la opinión ciudadana, no desean mezclarse ya con un presidente que optó por el gesto impasible y el disimulo como única forma de hacer política.
Mientras sus amigos más cercanos de ese clan gallego se enriquecían en la sombra a manos llenas otorgando favores en forma de contratas públicas, las clases medias se empobrecieron drásticamente. Varias oleadas de generaciones de jóvenes sin futuro y otras más de profesionales que apenas habían cumplido los 50 años se vieron abocadas a un paro descomunal: entre desempleados y exiliados laborales, la cifra de víctimas de la crisis se acerca a las 7 millones de personas, una buena parte de las cuales ya ni se registran en las inútiles oficinas del antiguo INEM (hoy SEPES). Rajoy, Guindos y Montoro los borraron del mapa, no existen. Hasta las estadísticas de suicidios se suprimieron y los medios oficiales, siempre dóciles y ahora además arruinados, se aprestaron a seguir las consignas del espeso silencio.
Por contra, la machacona cantinela del crecimiento y el empleo que se martillea de forma constante se apaga cada vez que entran en los hogares las disparatadas facturas de la luz, el teléfono o la cesta de la compra. Las mentiras estadísticas de Rajoy, Guindos y Montoro tienen las patas muy cortas y se dan de bruces contra la realidad cotidiana de un país donde ganar mil euros mensuales es una heroicidad y numerosos trabajadores, autónomos, emprendedores y pequeños o medianos comerciantes lo hacen gratis o por cantidades irrisorias, sin contratos ni seguros, aguantando quizás porque sus empleadores ganan aún menos que ellos, acribillados a impuestos y abusos fiscales. Lo ha dicho el observatorio europeo EAPN pero Rajoy y sus ministros miran para otro lado: casi el 70% de los españoles no llega a fin de mes. Y Cáritas insiste en que un millón de ciudadanos pasan hambre, un tercio de ellos, niños. Para negarlo, las autonomías del PP han cerrado los comedores escolares en vacaciones. No cabe mayor crueldad.