Como siempre que se trata el tema, directa o indirectamente se hace alusión a que la Iglesia tiene gran culpa en los padecimientos de los homosexuales.
Bien, me gustaría matizar estas afirmaciones. Muchas veces se toca de oidas, y lo digo sin desprecias posibles experiencias personales. El primer matiz que quiero exponer es el siguiente: ¿estáis seguros de la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad? ¿Estáis seguros de que las malas experiencias no son fruto de un encuentro con personas que tienen sus propios criterios y no siguen precisamente la doctrina?
Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2357: "La homosexualidad
designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan
una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del
mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las
culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado.
Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como
depravaciones graves, la Tradición ha declarado siempre que 'los
actos homosexuales son intrínsecamente desordenados'. Son
contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No
proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No
pueden recibir aprobación en ningún caso".
Hay que notar la coherencia de la Iglesia en este sentido. Pero eso no lo podemos ver si no lo intentamos explicar bajo su doctrina. Si no entendemos o no aceptamos que la vida la da Dios, que hay una ley natural dada por Dios, que el matrimonio es un sacramento, que el acto conyugal es donación abierta a la vida, que genera hijos que son verdaderos seres humanos desde la concepción y que tienen su origen en la voluntad de Dios, que todo acto que no está abierto a la posibilidad de la vida rompe el plan de Dios sobre el hombre, que existe el pecado, etc, etc. ¿Cómo vamos a compartir lo que diga la Iglesia?.
Pero, ojo, hay que tener en cuenta una cosa importantísima: la Iglesia no trata al homosexual como a un paria: simplemente, y en coherencia con su doctrina, le dice lo siguiente:
"Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición. Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2358-2359).
Eso no quiere decir que se reprima al homosexual o que se le odie en la Iglesia: la Iglesia le dice lo que entiende mejor. Toda su catequesis sobre el tema es fruto de unas creencias que hoy en día ya están en desuso, pero no por ello para los católicos- me refiero a los de verdad- son anticuadas.
Pero una cosa no se va a entender si previamente no se entiende la anterior.
Saludos.