Hola Phonso852:
Comparto muchas de tus opiniones y, sobre todo, las referidas al tiempo. Comparto como dices que la cantidad de material en muchas asignaturas es amplísima -y mucho más que en muchas presenciales- (añadiría que mucho más elevado también que en otras universidades a distancia cuyos temarios he visto).
No obstante, depende con quién se quiera uno comparar y los objetivos y metas que se marque. Yo personalmente trabajo y además vivo a muchísimos kilómetros, por lo que sólo dispongo de una semana de las dos ordinarias de exámenes de cada convocatoria e intento en la medida de lo posible no usar la de septiembre. Así, al trabajar y no tener disponibilidad completa me limito a unos 35 – 40 créditos anuales máximo (y no creo que en ningún caso pudiera hacer más). Si el objetivo fueran 60 créditos anuales (o curso completo), creo que me sería inviable hacerlo sin dedicación exclusiva (como haría cualquier estudiante de la presencial que compatibiliza únicamente clases con estudio individual y no tiene más obligación).
Con lo que si estoy indignado con la UNED es en la grandísima dispersión de las asignaturas por materia o contenido. No tiene sentido que un Penal I o Procesal I valga los mismos créditos que un Civil I o que un DIP, cuando el nivel de complejidad de la materia y el volumen de la misma es muy superior (sin valorar la que puedan tener los exámenes). No hay más que ver que unos apuntes exhaustivos apenas llegan a 40.000 o 50.000 palabras para un parcial de asignaturas como Civil I y superan con facilidad las 150.000 en Procesal I o en Penal I (y eso sin entrar a valorar los niveles de abstracción o complejidad relativos de estas dos asignaturas).
También comparto la problemática de los casos prácticos (es un tema que no conozco, pero supongo que la necesidad de los mismos viene impuesta por Bolonia). Estoy completamente de acuerdo en que muchas veces el nivel que se tiene tras haber estudiado la teoría no es suficiente (basta ver como en Procesal incluso refieren los artículos del código aplicables, porque me imagino lo que ocurriría si no lo hacen…).
Con todo, estoy seguro de que hay un balance entre ambas posiciones y muchos puntos grises entre el blanco y el negro. Entre cursar una asignatura anual y saberse de memoria hasta la última jurisprudencia, a querer aprobar un montón de asignaturas con un estudio “probabilístico” de los temas que más han caído hay muchos matices (más que nada porque este segundo caso se aprobarán algunas, pero muchas veces se acabará estudiando dos o más veces la misma asignatura y empleando más tiempo que el que se hubiera empleado distribuyendo mejor las asignaturas y la disponibilidad de tiempo, sin tener en cuenta la frustración que se genera).