pues si, libros...estarán defendiendo lo que queda de castellano.
Y veo que te da gracia que en españa muera un idioma como ese, mientras levantas tus armas para defender a otro de mucha menor influencia mundial .
Los demás no desrespetamos los idiomas ´de as autonomías, son ustedes los que desrespetan el idioma de españa.
permíteme a mi, por el español, el siguiente emoticon: 
y para tí no encuento el emoticón justo, parece que por escrúpulos no lo han incluído.
Por favor! No voy a insistir en lo plausible que me parece que la exageración llega a convertir a las víctimas (los destinatarios de los exámenes
también en catalán), en victimarios (el o la patriota que 'frena' tal
atrevimiento).
¿A qué te refieres con lo que queda del castellano? Me parece que te olvidas de que a todos y cada uno de los españoles se nos ha impuesto su conocimiento y de que España tiene varios idiomas. Esta visión, los discursos utilitaristas ("mucha menor influencia mundial") así como los que van desde el prejuicio hasta la xenofobia, denotan la misma preocupación cerril por la lengua y no por los derechos lingüísticos de las personas. Preocupación por la lengua (que a ti te compunge) que, en el terreno de lo práctico, se traduce en el número de hablantes y la presencia social, y no precisamente en la garantía de los derechos lingüísticos de todos los ciudadanos con independencia de la lengua que elijan utilizar.
Más allá de que, como ya he dicho, en castellano te entiendan hasta en Mordor, o que el gallego te facilite la comunicación con toda la lusofonía o en menor medida el catalán el acercamiento a la francofonía; lo cierto es que un euscaldún puede perfectamente alcanzar la felicidad viviendo únicamente en vasco y, en todo caso, utilizar como lengua franca internacional el inglés, por ejemplo. Lo mismo para cualquier hablante de una lengua distinta del castellano. Como lo hacen 300.000 islandeses o 4 millones de noruegos con sus respectivas lenguas.
Todas estas argumentaciones/lamentaciones sobre una lengua que manejamos todos y cada uno de los españoles trasladan al segundo plano la cuestión de la igualdad de derechos lingüísticos de los ciudadanos del estado, o bien directamente la obvian. La saga de argumentos económicos, utilitaristas o directamente de contenido peyorativo o xenófobo, únicamente prendenden, como si quien las esgrime tuviese acciones de una determinada lengua, el expandirla. A veces con un trasfondo que puede calificarse, si se me permite en el terreno de lo jurídico-lingüístico, aunque sea a nivel interno del estado, de imperialista. Y esto, independientemente de la lengua de la que hablemos. Esta afirmación la sostengo en el hecho de que de forma natural o normal (adjetivo un poco manoseado ya), todos coincidiremos en que un ciudadano emplea su lengua para todo y en todos los ámbitos. Únicamente factores externos, sociopolíticos y culturales, puede hacer que decida dejar de emplear su lengua para pasarse a otra. En la medida en que tenga garantizados sus derechos lingüísticos en su lengua, y también en la medida en la que se perciba que el ascenso social se produce en una u otra lengua y no el cualquiera por igual (muy relacionado con lo primero), en número de hablantes de una y otra lengua variará. Así, en período democrático, el porcentaje de usuarios del gallego descendió desde más del 80% a poco más del 50%, el vasco ha conseguido estancarse, y el catalán en cataluña ha crecido varios puntos. Corregidme si no es así. No conozco bien otros casos. Esto no es producto de la casualidad, sino resultado de factores políticos y sociales, por mucho que las políticas de normalización lleven un apellido, aunque se traduzcan en resultados prácticos contrarios al mismo.
Esto en cuanto a las 'preocupaciones por una lengua', que como he expuesto en muchos casos no esconden más que ansia expansionista y prejuicios.
Mi preocupación es otra: la igualdad de derechos lingüísticos de los ciudadanos del estado, cuestión del más puro trasfondo jurídico y, humildemente creo también que, cuestión de radical carácter democrático (en sentido material). Cuando se analiza el estatuto jurídico de los distintos idiomas que se hablan en España el punto de referencia, el 100% de garantías y derechos (y de imposición u obligación de conocimiento) es, objetivamente, el castellano. Se exige su conocimiento, implícita y explícitamente para el acceso a la función pública de cualquier Administración del Estado. Se garantiza, también para cualquier Administración del Estado, que cualquier ciudadano puede dirigirse a la misma en este idioma, además de otras muchas garantías para sus usuarios de cara al sector privado, como por ejemplo el etiquetado de cualquier producto o prospecto.
Para las demás lenguas, los deberes asociados, su ámbito de oficialidad y los derechos lingüísticos de quienes deciden usarlas, incluso respecto de una Administración, deben escrutarse los estatutos y otra legislación. Esto era lo que venía haciendo, en concreto respecto del derecho a realizar los exámenes de la Uned en una lengua de las cooficiales. Que era la cuestión tratada y de la que debo reconocer que me he salido mucho en la primera parte del comentario.
Pd. He hecho la consulta. La Uned hecha mano de traductores, pero no te asegura una corrección directa del examen.