Parece ser que el problema no se circunscribe sólo al régimen disciplinario de la Uned, es una laguna legal que afecta a la práctica totalidad de universidades públicas del Estado. Quizás aquí, en la Uned, es donde menos afectaría, pues evidentemente, como "el roce hace el cariño", nosotros tenemos muy pocas posibilidades de cometer faltas disciplinarias, y nuestra universidad no ejerce la potestad sancionadora salvo casos excepcionales, no obstante, parece que en la comunidad universitaria esto de "enmarronar" causa prurito o rubor, los años pasan y así seguimos, con un reglamento que aprobó una administración no democrática.
Pero admitida, la "constitucionalidad", por carencia absoluta de otra norma, la cuestión no se aclara, más bien se enreda aún más.
Si el propio ente universitario en sus estatutos exige que, a falta de norma propia, el procedimiento sancionador cumpla con las exigencias del Título IX de la LRJAP-PAC 30/92, la cuestión ya no es si el infausto reglamento es o no constitucional, lo es que el principio de reserva legal impide que las sanciones administrativas vengan determinadas reglamentariamente, y esto ya no se presta a interpretaciones o a voluntarismos, la jurisprudencia es clara y tajante.
Citaba ayer uno de los ejemplos más populares y que habrá afectado a decenas de miles de personas que aparcan su coche en cualquier ciudad. Nadie duda del carácter demócrático de los entes locales, ni de su potestad reglamentaria y sancionadora, pero cuando se inició el pago por tiempo de aparcamiento señalizado, el procedimiento sancionador sólo tenía base reglamentaria, en las ordenanzas municipales del respectivo ayuntamiento. Centenares de miles de personas pagaron las sanciones sin más, algún "quisquilloso" se resistió y tuvo que pasar su calvario personal, pero finalmente consiguieron que se cumpliera la ley, dichas sanciones tuvieron que ser incluídas en la ley de tráfico y seguridad vial.
Recordadlo, muchos ejercereís esta profesión, su meollo es éste, la administración es endogámica y egocéntrica, si la dejamos a su albur involuciona por naturaleza, se va cubriendo de capas como las cebollas, se distancia de la realidad, vive para sí misma. Por eso cuando se descubre un agujero negro hay que meterse por él hasta el final, limpiarlo y sanearlo, si logra hacer callo estamos perdidos.