La religión forma parte de la cultura de todos los pueblos, en todas las épocas y en todos los lugares de la tierra, yo diría que forma parte del hombre, incluso de los no creyentes.
Que tengamos un abanico de libertades individuales, que nos dan los regímenes democráticos de Occidente en la actualidad, no significa que no debamos gran parte de lo que somos a nuestro pasado, incluido la religión, con sus luces y sus sombras.
Y así lo entiendo en esta carta, que yo interpreto como que no se puede deshacer uno facilmente de lo que forma parte de nuestra cultura y de nuestra identidad.
Vengo observando, que no todos, pero si algunos de los que se confiesan acerrimos defensores de la libertad religiosa y no son creyentes practican su libertad religiosa manifestando un no diría "odio" pero si excesiva repulsa hacia quienes la profesan, utilizándola en cualquier momento de manera desagarradora contra quienes con el mismo derecho la han elegido libremente.
Son los nuevos curas laicos, sus verdades, la falta de tolerancia respecto al que profesa una religión, su lucha encarnizada por destruir todo lo que huela a religisoso, utilizarla como medio de defensa en cualquier tema, no hace si no recordar los peores tiempos de la Iglesia, esos que tanto suelen criticar.
Que no hay que ponerla en la escuela, pues no se pone. En nada cambia las cosas más importantes de la religión tanto para el que es creyente como para el que no lo somos.