[quote author=DECUMA link=topic=24167.msg195492#msg195492 date=1230458995
Osa, ¿te he entendido bien?: ¿Es la pretensión de igualdad por parte de las mujeres la que provoca una mala educación? ¿Debería entonces renunciar un miembro de la pareja a su trabajo para educar a los hijos?
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DECUMA, intentaré ser sintética aunque no es fácil. De ninguna manera creo que es la pretensiión de igualdad por parte de las mujeres (como indicas) la que provoca una mala educación. Primero porque la mujer no "pretende", sino que tiene el derecho a la igualdad y por tanto, en ausencia de hijos, no existe problema alguno cuanto al desempeño a tiempo total que quieran emplear en sus respectivas profesiones u ocupaciones.
Respondiendo a tu segunda pregunta, si hay hijos de por medio la cuestión cambia, pues desde mi punto de vista lo primero es la educación de esos niños y su bienestar psicológico. Es obvio que a veces es muy necesario el ingreso económico de ambos miembros de la pareja, pero no es menos cierto que muchas veces ambos miembros no desean renunciar ni siquiera minimamente a sus roles en el exterior para atender a esos niños como es debido. A eso me refería cuando hablaba de "los niños de la llave". A partir de una determinada hora de la tarde, que es cuando los niños tienen que estar tutelados por sus padres, quedan a su libre albedrío, buscando en la calle, la mayor parte de las veces, lo que no encuentran en casa, con la llave que sus padres le han entragado de la casa para que, claro, puedan entrar y salir. Eso no es educar a un hijo.
Considero que los hijos han de estar atendidos, han de tener unos horarios regulares y constantes, de cenas, descanso, ocios, deberes, etc. Y esa regularidad, cuando ya han terminado las clases lectivas se la deen dar los padres.
Además de los "niños de la calle", hay otro colectivo más "afortunado", aquél en el que el niño, tras salir del colegio, se encuentra apuntado a todo tipo de actividad, de manera que se pasa el día entero fuera del hogar, coincidiendo a una determinada hora de la última actividad "impuesta" con la llegada a casa dealguno de los padres. Tanto en el anterior caso como en éste, craso error. Los padres, quienes pueden costear esas actividades, consuelan así su conciencia.
Cuando hay hijos, hay que "regular" como hacerse cargo de ellos a partir de determinado momento del día.
Estoy a favor de que una pareja se orgnice como mejor convenga, en función de sus ingresos, capacidades, etc., los padres pueden atender tan bien como la madres al niño. Pero no estoy de acuerdo en que ninguno de los dos no quiera renuciar a nada por el principo de "igualdad" entre sexos, pues cuando hay hijos, por el bien de ellos y de los propios padres, esa igualdad tiene que negociarse. Pues ya no se trata de una biteralidad absoluta de derechos, sino que entra un tercer factor a tener muy en cuenta y que nada tiene que ver ya con esa igualdad de origen y que se impone a ella: la educación de los hijos, si en la pareja hay buena voluntad y ama a los hijos habidos, no habrá mayor problema. Otra cosa e cuando prima el yoicismo frente al otro, o sea el "yo tambén tengo derecho".
Frente a un hijo lo primero es el derecho de los hijos y las obligaciones para con éstos; es un organismo muy dúctil el que se está formando y necesitan el calor, el cariño, la atención y la dedicación de los padres, aunque sea mínimamente, y eso es tiempo. Los hijos suben casi sin darnos cuenta y un día nos damos cuenta de que son perfectos desconocidos ( en el mejor de los casos).
Se puede hablar muchísimo al respecto, porque variada es la casuística, pero el denominador común es que los hijos son de los padres y a ellos corresponde su tutela y no se puede tutelar al niño si ambos padres están ocupados en el exterior prácticamente todo el día.
Y si esa tutela no es posible, no pretendamos lo imposible, ni con regalos ni con castigos .