Como podéis ver por mi número de mensajes, no suelo escribir mucho y, cuando lo hago, procuro aportar algo al foro, aunque sólo sea un poco de humor.
Quiero decir con esto que no es mi estilo quejarme y, ciertamente, nunca lo he hecho, pero me decido hoy, agobiado como estoy, porque lo que pasa en esta Universidad con las notas no tiene nombre.
Soy consciente de que somos muchísimos, de que todos queremos que quien corrige nuestro examen se tome el tiempo necesario para ello, de que corregir un examen no es, por principio, tarea fácil…, soy paciente y consecuente con todo ello….
Pero por más vueltas que le doy, mi atribulada y perpleja mente ya no es capaz de imaginar más disculpas a la manifiestamente negligente actuación de aquellos quienes tienen la obligación de corregir nuestros exámenes.
Nueve años llevamos ya de siglo XXI, y si miramos las películas de los ochenta del siglo XX, veremos que, en aquel entonces se pintaban años como el 2004 llenos de naves espaciales y cachivaches voladores, la telepatía estaba a la orden del día y la teletransportación había (por fin) reducido la siniestralidad de los viajes de la tercera edad.
Pues bien, aunque muy diferente y no tan avanzados, nuestro 2009 nos ofrece ya unos adelantos dignos de cualquier peli de ciencia-ficción ochentera y algo más…
Excepto para nuestra Universidad que, pese a contar con su alumnado disperso por todo el país, no sólo no ha sabido ofrecer, hasta la fecha, un sistema eficaz para que esa diseminación no se notase a la hora de las calificaciones, sino que, tras cada convocatoria de exámenes, la interminable espera se convierte en un suplicio para todo su alumnado.
Y poco podemos esperara en cuanto al uso de tecnologías de la información y el conocimiento y demás gaitas cuando claramente la cuestión de personal es claramente deficitaria, es decir, falta “corregidores”, máxime si tenemos en cuenta (cosa incomprensible a mi parecer) la infrautilización de los profesores de los Centros Asociados, tutores cuya “única” tarea es impartir las tutorías y cuyos informes sobre el alumnado, por poner un ejemplo, tienen tanta validez como la publicidad que abarrota nuestros buzones…
¿Son menos buenos los doctores en Derecho que “tutorizan” mis estudios que los de la central de Madrid?...
¿No hay una forma segura, cabal y, fundamentalmente rápida de hacer llegar los exámenes, por ejemplo, a través de Internet a los encargados de su corrección?...
Y la pregunta que más miedo me da… ¿hay alguna intención de que esto cambie algún día…?
Por lo demás, quiero romper una lanza a favor de los Delegados de los Centros. No lo soy y ni siquiera conozco al de mi Centro pero.., viendo como nos tratan, dudo mucho que puedan llegar a tenerse en cuenta sus propuestas, quejas o reivindicaciones las cuales, probablemente, serán atendidas con el mismo interés que nuestros exámenes.
Perdonad, compañeros, por la extensión de mi mensaje y recibid todos un saludo y suerte.