Por esa regla de tres, siempre habrá mejores cosas en las que ocuparse antes que discutir sobre la jefatura del estado: hoy, debemos acabar con el paro, mañana con la delincuencia, luego con el maltrato a las mujeres, después tengo que arreglar el jardín, y cuando acabe se me habrá escapado la vida... Si es que la monarquía tiene un no sé qué...
Lo que vedaderamente ocurre es que existe un miedo colectivo a tratar determinados temas, y uno de ellos es la corona y su ubicación en el tejido político.
Cuando abdique o muera Juan Carlos vamos a tener que tragar tal campaña de relaciones públicas, legitimación y propaganda oficial para que traguemos con el nuevo Felipato, que la boda de Doña Letizia Ortiz Rocasolano nos va a parecer un cumpleaños en una hamburguesería.
Saludos.