No, incrédulo, el que quiere aprender qué es el dórico, el jónico y el corintio va a le escuela, simplemente, y no a la escuela de arquitectura, de la misma menera que quien debe aprender matemáticas va a esa misma escuela, y no a la escuela de matemáticas.
En la escuela, en el instituto, se aprenden los conocimientos propios de tales lugares, es decir, aquellos que han sido previamente consensuados por la comunidad científica, o en cualquier caso discutidos por la comunidad científica, ofreciéndose una serie de saberes plurales, contrastables, discutibles en todo caso, sometibles a crítica, y por tanto en perpetuo cambio y renovación. La enseñanza pública no está dirigida a la transmisión de misterios que sólo peden comprender los doctores de la iglesia, "que os los sabrán enseñar". Una enseñanza específica de la meteria de religión eleva su rango al nivel de una disciplina académica, que dudo que tenga. Y no lo tiene no necesariamente en menoscabo de la religión: la religión es un fenómeno universal, y probablemente inevitable. Pero por encima de todo es un fenómeno privado, y el estado no debe tocarlo, ni para bien ni para mal.
Las enseñanzas de cultura religiosa a las que tú te refieres se deben incluir con carácter instrumental en las materias correspondientes (arte, historia, frilosofía, física), y no deben constituir una materia aparte.
He conocido instituciones educativas francesas de carácter confesional. He tenido la oportunidad de hablar con sus docentes y sus directores. Nunca jamás me han dado la chapa con sus creencias, ni a mí ni a sus alumnos. A pesar de ser instituciones confesionales solamente fuera del horario lectivo están autorizados a realizar labores de proselitismo. Puede que el modelo de laicismo escolar francés sea criticable, pero desde luego no viven en la perpetua confusión en que vivimos aquí, donde toda laya de meapilas, integristas, curas progres, monjas y seglares se pasean por los centros públicos diciendo barbaridades bajo capa de la "libertad religiosa", y además siendo pagados por el estado.
La situación de la religión en la enseñanza pública española, así como su evolucion jurídica, es consecuencia directa del franquismo y de una transición imperfecta, de la dominación del catolicismo como religión oficial, y de los privilegios acumulados por la iglesa en un estado que no ha realizado correctamente la revolución liberal.
Saludos.