A mí lo que más gracia me hace es que precisamente los acólitos del matrix progre (copyright de Juan Manuel de Prada) y de los sindicatos políticos que sólo se dedican a lamerle el pijillo al de la ceja mientras los trabajadores que los mantienen se van al carajo, son los que hablan de "supuesto sindicato", "ultraderechistas", etc.
Pero claro, es lógico que quienes así hablan ignoren todo acerca de la vida cotidiana de ese sindicato, puesto que por su propia denominación, aquellos jamás serían admitidos en él -más que nada por falta de aptitud- y, además, sólo faltaba que un sociata estuviese de acuerdo con perseguir la prevaricación, el desvío de fondos públicos hacia otras actividades, la falsificación de documentos públicos, la invención de cursos de "formación" (inexistentes) para cobrar unos fondos que van a merendolas. En fin, que es imposible que alguien así no habla mal de Manos Limpias.
En cuanto a las figuras señeras de cada sindicato, no tenemos más que observarlas detenidamente -ni esto hace falta en realidad- para ver las diferencias. Por un lado una especie de jabalí desgreñado. Por el otro alguien a quien el jabón no le es extraño. Otra diferencia: mientras unos se dedican a intentar poner la cara colorada a quienes se apropian de fondos públicos, los otros se entretienen impidiendo que los informativos de la única cadena que critica a su conducátor puedan emitirse. Es que son así de amantes de la libertad de información los nenes.
Y para colmo, estos necios criados en "casas de cultura" donde se respiraba de todo menos aire, se permiten usar el término "ultraderechista" como un insulto. Es que hace falta ser gilipollas. Incluso los ultraderechistas de pandereta, de los que por aquí hay más de un ejemplo, disfrutan de la presunción de ser mejores que el mejor de los asistentes a un mítin de los del capullo.