Tercera entrega en defensa de la existencia del Estado español desde 1492:
-El siglo XVII es escenario de las primeras tensiones territoriales en España desde su unión en torno a la monarquía. El primer intento de centralizar el Estado no fue en la era borbónica sino en el reinado de Felipe IV, de la mano del Conde Duque de Olivares. Don Gaspar es consciente de que España está en bancarrota y de que la política exterior está agotando los recursos de la monarquía, el problema más que fuera está dentro: una sociedad muy corrompida, con muchas clases privilegiadas y muy pocos currantes y unas administraciones de los antigüos reinos muy independientes en las que el peso de los impuestos recae de forma muy especial en Castilla. Para tratar de atacar esta situación Olivares decreta medidas duras contra la corrupción, endurece la política fiscal contra los reinos de Cataluña, Portugal y Navarra (y también Nápoles y Sicilia) y aumenta su control sobre las administraciones. Entre los acomodados surge el descontento hacia el válido real. En 1640 en plena guerra con Francia, además de contra Holanda e Inglaterra, Suecia y los protestantes alemanes, se produce la invasión de Cataluña por los franceses. En 1640 aún pertenecen a Cataluña, y por tanto a la corona española, los territorios de Rosellón y Cerdaña hoy en suelo francés. La guerra resulta desastrosa, los españoles pierden terrreno y los franceses después de apoderarse de los territorios antes mencionados cruzan los pirineos. Entre los catalanes y los soldados del rey allí desplazados se echan mutuamente la culpa de la situación. El descontento producido por la guerra se une al del malestar creado por la política de Olivares y los catalanes, en una conspiración auspiciada y ayudada por los franceses, asesinan al virrey y proclaman la independencia. Los españoles conseguirán finalmente dominar Cataluña por las armas, aunque se perderán para siempre los territorios al otro lado del pirineo al tener los españoles que pactar una paz asfixiante con los franceses. Olivares tras el desastre creado con la independencia de Portugal, donde sí ha triunfado la sublevación, y la crisis creada por su política debe irse. El primer intento de centralizar el Estado ha fracasado.
El siguiente episodio, más conocido por todos, es la rebelión de Cataluña contra Felipe V. Al fallecer Carlos II, Felipe de Anjou se convierte en el heredero por decisión testamentaria. Pero las potencias europeas, salvo Francia que es quien está detrás del borbón, apoyan otro candidato: el archiduque Carlos al que une el mismo parentesco que a Felipe con el fallecido Carlos II. EL objetivo de Inglaterra, Austria y Holanda no es otro que sacar tajada del decadente Imperio español.
En España apoyan al archiduque en el reino de Aragón por los recelos que provoca la llegada de un rey procedente de un país tan centralista como Francia. La guerra dura varios años y las tropas de Felipe ,después de la victoria de Almansa, ocupan Valencia y ponen rumbo a Cataluña, único territorio en España que no está ya bajo su control. Pero algo ocurrirá antes: Europa, que ya ha conseguido su objetivo de arrebatar a España Flandes y los territorios de Italia, además de Menorca y Gibraltar, reconoce a Felipe V como rey a cambio de ceder estos territorios y de renunciar al trono de Francia. Felipe V se convierte en rey de España y exige a los catalanes su lealtad y la deposición de las armas. Los catalanes ya no pueden luchar por otro rey para España por que este ya ha renunciado, pero pretenden exigir al nuevo monarca el reconocimiento de sus privilegios. Felipe V, sin contemplación alguna bombardea y ocupa Barcelona suprimiendo todas las instituciones catalanes en clara revancha por el apoyo de estos al otro candidato. Sin embargo respeta los fueros vascos y navarros para premiar su fidelidad en la guerra de sucesión.
Así pues los catalanes, en realidad, han luchado por un rey para España, uno de acuerdo con su propia concepción del Estado, pero en un claro reconocimiento de la existencia del Estado español y su pertenencia al mismo. Además el reconocimiento internacional de Felipe V como rey les deja fuera de la legalidad y por tanto carentes de todo apoyo exterior, lo que demuestra que al ser elegido rey también es rey de Cataluña.
Curiosamente el centralismo instaurado por Felipe V le sienta muy bien a Cataluña. En más de dos siglos los catalanes darán muestras de absoluta lealtad al Estado siendo este el periodo más extenso de sumisión y lealtad a España sin que se produzca movimiento nacionalista alguno ni revuelta ó sedicción. Esto me hace llegar a una conclusión: las revueltas de Cataluña del siglo XVII y la posterior a la guerra de sucesión fueron un movimiento de la clase dominante para mantener sus privilegios frente a una administración central, no un verdadero movimiento nacionalista. desaparecida la clase dominante, al perder los gobernantes catalanes sus prevendas, desaparece cualquier anhelo separatista. Curioso es la lealtad demostrada en 1808. Napoleón ofrece a los catalanes la independencia a cambio de su rechazo al levantamiento que acaba de producirse en Madrid contra los franceses. Pero la propuesta de Napoleón no es nisiquiera tomada en serio. No es la Cataluña del siglo XVII. Los catalanes apoyan inmediatamente el manifiesto del levantamiento y se constituyen juntas revlucionarias que se pondrán a las órdenes de la junta centra, proclamando su lealtad al rey Fernando VII. Las clases populares en Cataluña se alistan en masa y un ejército de milicias urbanas propina a los franceses su primera derrota en España: la batalla del Bruch. Gerona resitirá heroicamente varios sitios y la situación será para las tropas francesas tan insostenible como en el resto de España.
Así entramos en el siglo XIX, donde los problemas de Cataluña seguirán siendo los de España sin que aparezca movimiento nacionalista alguno hasta que llega la revolución industrial y el desastre de 1998.
Este es el verdadero punto de arranque de los nacionalismos catalán y vasco y no otro,las razones son dos:
1- La revolución industrial provoca migraciones masivas de andaluces, castellanos y valencianos de las clases más humildes. Esta población altera las costumbres locales y provoca rechazo entre la población más acomodada. Recuerdo que los nacionalismos nacieron de la mano de partidos conservadores que se nutren de empresarios y gente acomodada.
2- El desastre de 1998 produce una fuerte desconfianza en la nación española. Los políticos que habían despertado un fuerte sentimiento nacionalista en España para apoyar su lamentable política exterior lo hacen difundiendo embustes y mentiras que desprestigian gravemente el buen nombre de España. Lastre que aún no se ha superado hoy. Los catalanes y vascos aprovechan el decontento, si España es una nación acabada y lamentable creemos otra. No somos españoles sino catalanes ó vascos. Y así hasta hoy. El resto es sólo la búsqueda de los orígenes culturales ó étnicos diferenciados para dar más solera al nacionalismo. Pero el nacionalismo en realidad sólo tiene un siglo. Nunca ha existido una idea de nación ,y menos de Estado, en Cataluña y País Vasco. LA siguiente estrategia es esconder la historia y enseñarla sesgada y maquillada para que parezca lo que no es. Que las diferencias culturales, lingüísiticas y de otra índole nunca han supuesto la necesidad de tener nación ó Estado propio.