•Cada paso merece la pena. Seguro que alguna vez te ha pasado: te pones a estudiar un examen y el desánimo te inunda cuando ves que no recuerdas lo aprendido y piensas que lo más seguro es que suspendas. ¿Cómo seguir adelante? Piensa que cada paso que das te acerca hacia tu objetivo y aunque quizás ahora mismo no lo vayas a conseguir, cada momento de estudio te servirá para el futuro. Esta forma de pensar se puede aplicar a cualquier situación. Por ejemplo, para un examen de mates que no llevas bien, piensa: “aunque no lo consiga aprobar, cuanto más me esfuerzo ahora, más fácil me resultará aprobarlo en la próxima convocatoria”. Cada esfuerzo que haces, vale. Ningún esfuerzo cae en saco roto. Este pensamiento te ayudará a mantenerte en marcha.
•Ve el fracaso como una oportunidad de aprender. Piensa que es una estupenda oportunidad para ver tus debilidades y las cosas que puedes mejorar. Evita justificar los fracasos en base a elementos externos. Justificar el fracaso es mucho más fácil que luchar por conseguir el éxito, para lo cual siempre es necesario perseverancia, esfuerzo y empuje.
•Piensa en positivo. Di: “seguro que puedo conseguirlo”. Ser optimista es una buena forma para tener el ánimo preparado para conseguir lo que quieras. Cuando todo se ve negro, a uno no le apetece ni levantarse de la cama, ¿verdad? Pues ya sabes, llena tu cabeza de pensamientos optimistas.
•Recuerda lo que ya has conseguido. Cuando pensamos en lo que ya hemos hecho nos resulta más fácil sentir que somos capaces de hacer grandes cosas por difíciles que parezcan. En tus momentos bajos, recuérdalo.
•Ponte metas claras y realistas. No te pongas metas imposibles de conseguir. Si estás pensando sacar en todo sobresalientes o conseguir un trabajo en el que te forres, lo más probable es que no lo consigas en un primer momento, de modo que será muy fácil caer en la desmotivación. Fíjate objetivos realistas que puedas conseguir pero que al mismo tiempo te motiven a superarte. Aprobar por los pelos no es un gran motivador, a no ser que sea una asignatura que se te ha atragantado. Así que ponte pequeños retos que puedas ir superando.
•Mantén a tu vista tu objetivo. Algo tan simple como poner un post-it con tu objetivo bien claro frente a tu mesa te ayudará a no perder de vista cuáles son tus prioridades en este momento. Puede parecer una tontería, pero funciona.
•Escribe con lujo de detalles tu estrategia. Sea cual sea tu meta, si la escribes y plasmas en una agenda o libreta los pasos que vas a seguir, te motivarás. Puedes poner una hora de inicio y fin, y cada vez que cumplas una tarea la vas tachando. ¡Anima!
•Pon en tu lugar de estudio elementos agradables. Además de cuidar la temperatura, la luz y que todos los elementos que hay en tu habitación de estudio como la silla o mesa sean cómodos, aprovecha este espacio para poner elementos motivadores. Por ejemplo, puedes poner la imagen de un personaje que admires, real o ficticio, vivo o muerto, da igual, lo importante es que te inspire.
•Ponte pequeñas recompensas. Después de una tarde de estudio, puedes ver tu serie favorita o escuchar ese disco que tanto te gusta.
•Mantén un espíritu de superación. Tratar de ser cada día un poco mejor es un gran motivador para alcanzar el éxito. Es fundamental renovar los objetivos para no quedarse estancado. Por ejemplo, si ya has conseguido aprobar esa asignatura que te costaba, trata ahora de sacarla con buena nota.
•Haz cosas cada día. Si cada día ves que estás haciendo pequeñas tareas que te acercan a tu objetivo te sentirás más motivado. ¡Pruébalo! Una técnica sencilla, pero que funciona.
•Dale un sentido superior a tus estudios. Si piensas que el esfuerzo que ahora haces se verá recompensado por tener en el futuro un trabajo en el que te sientas realizado, todo será mucho más fácil.
•La perseverancia en un don. Recuerda que las grandes metas se consiguen en una carrera de fondo.
•Imagina, ¡sueña que lo vas a conseguir! La imaginación es un poderoso instrumento que puede ayudarte más de lo que piensas a tener el ánimo arriba. Un buen ejercicio es imaginarte disfrutando de tus logros. La imaginación precede a los hechos y es una buena forma de convertir en realidad lo que deseas.
Frases motivadoras
Para esos momentos de bajón, hemos recogido una selección de frases. Algunas son anónimas y otras de grandes figuras de la historia, pero todas te motivarán. Tenlas a mano para cuando las cosas no salgan precisamente como te gustarían.
•Para empezar un gran proyecto, hace falta valentía. Para terminar un gran proyecto, hace falta perseverancia.
•Para triunfar en la vida, no es importante llegar el primero. Para triunfar simplemente hay que llegar, levantándose cada vez que se cae en el camino.
•Si no te esfuerzas hasta el máximo, ¿cómo sabrás donde está tu límite?
•Saber no es suficiente; tenemos que aplicarlo. Tener voluntad no es suficiente: tenemos que implementarla. Goethe
•Nunca se ha logrado nada sin entusiasmo. Emerson
•Nuestra gloria más grande no consiste en no haberse caído nunca, sino en haberse levantado después de cada caída. Confucio
•Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte pueda ser cuestión de talento. Jacinto Benavente
•Si cierras la puerta a tus errores, dejarás afuera la verdad. Tagore
•Importa mucho más lo que tú piensas de ti mismo que lo que los otros piensen de ti. Séneca
•Si exagerásemos nuestras alegrías como lo hacemos con nuestras penas, nuestros problemas perderían toda su importancia
•En la vida no todo son problemas, sólo soluciones que aún no hemos encontrado.
•No esperes que lleguen las circunstancias ideales ni la mejor ocasión para actuar, porque tal vez no lleguen nunca…
•Ningún camino fácil te llevará a un sitio que merezca la pena.