La corrección por vía de recursos, procede una vez de vez en cuando y debe convertirse en una excepción, en algo que sirva de aprendizaje al juez, para no incurrir otra vez en las mismas faltas: pero cuando eso que debe ser la excepción, se convierte en la regla, es obvio que ese juez resulta enormemente perturbador.
Por tanto:
Así como en un trabajo nos pueden corregir una vez, de vez en cuando, (porque por la razón que sea no sabíamos cómo hacerlo, porque nos liamos, etc.) pero no podemos paralizar la empresa porque lo que hacemos sea sistemática o frecuentemente corregido, de igual modo, un juez que es corregido tantas veces, no debe continuar en su puesto. Porque ya entonces, lo que inicialmente puede ser considerado error, ya reiterado es algo más fuerte, contumacia, e incluso, dolo. Me explico: al cabo de unos meses, en cualquier trabajo dirían: "joder, señor Martínez, te hemos dicho que así no y tú erre que erre." Y si a pesar de todo sigue en sus trece, probablemente el empresario dirá: "nada, que te decimos esto y tú sigues erre que erre, te lo decimos otra vez y nada. ¿Sabes que te digo? ¡Que en realidad lo que te pasa es que no te da la gana cumplir con aquella tarea para la que te pagamos! ¡Puerta!"