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Urgente plan de inversión
El Ministerio de Fomento tiene que promover de forma urgente un Plan de Inversión en infraestructuras que tenga como primer valor la generación de empleo y la mejora de la competitividad. Una versión del Plan E con criterio finalista, dando a la Inversión Pública más protagonismo que al Gasto Social, que motive a una iniciativa privada hoy desaparecida y facilite la generación de empleo con criterio consolidado.
Recientemente David Taguas, presidente de Seopan ha formulado una propuesta, que compartimos, para que el Gobierno realizara un Plan basado en el incremento de la inversión en infraestructuras productivas, con una política fiscal que incentive el empleo y la realización de reformas estructurales en el mercado de trabajo, sugiriendo que si la financiación de la inversión pública adicional se llevara a cabo con reducción del gasto no productivo, en lugar de con un aumento de los impuestos, el efecto sería aún más intenso.
Es en el sector de construcción, cuyo valor añadido tiene menor amenaza competitiva exterior donde la caída de actividad ha sido mayor, arrastrado por el descalabro inmobiliario. Pero construcción es mucho más que vivienda, son infraestructuras, canalizaciones y medio ambiente, edificación no residencial, polígonos empresariales, sedes sociales, centros comerciales, centros educativos, hospitales y residencias socio-sanitarias, complejos deportivos, y un múltiple etc. de otros sectores directamente vinculados que ahora a poco que se estimule, el efecto multiplicador de una reactivación sería muy importante, como así ha ocurrido con el Plan Obama.
Constructoras y competitividad
Es tiempo de promover edificación no residencial y otras construcciones. La capacidad competitiva de las grandes empresas constructoras les ha llevado a conseguir proyectos internacionales, integrando a pequeños subcontratistas. Para crear más empleo sería preciso que la Directiva de Servicios de la CEE posibilite que empresas españolas operen en los mercados europeos acogiéndose a la reglamentación laboral española y puedan desplazar operarios y no solo directivos y técnicos, también aplicado a servicios.
Es una buena ayuda que ahora Europa podría prestar a España, para digerir el gap provocado por el boom y posterior parón inmobiliario, principal causante de nuestra crisis diferencial.
La Presidencia española de la Comunidad el próximo semestre podría conseguir exportación de empleo bajo el apoyo de la Directiva de Servicios. La alta dependencia exterior en el sector energético nos obliga a insistir en la búsqueda de posibles stocks energéticos, desde las nuevas oportunidades del carbón (necesitamos aquí escuchar a los expertos) a las nuevas energías alternativas, como las procedentes de biomasa por aprovechamientos forestales o agrícolas, así como las eólicas, solares, (insistiendo incluso allí donde tenemos liderazgo) y aprovechamientos hidráulicos, aún posibles, o marítimos, ya que los ahorros en la factura energética son esenciales para nuestro gran endeudamiento externo.
Es imprescindible fomentar la optimización energética con apoyos fiscales y otros. El Ministerio de Industria tiene que promover Estudios-Mapa de Oportunidades (encargando su realización a consultoras), conscientes de que nos encontramos en una nueva realidad y no pensando como volver a situaciones anteriores, despertando nuevas iniciativas empresariales, también en pequeñas empresas, promover Clusters de Empresas identificando oportunidades de mejora competitiva y orientados a aumentar nuestra capacidad exportadora o reducir importaciones, y crear “Think tanks" de expertos por sectores.Promover Estudios de mercado-Mapas de oportunidad, "Think tanks" de expertos, la creación de Cluster y apoyos a iniciativas internacionales.
Reflexiones y propuestas para la recuperación económica II.pdf
Propuestas para una recuperación económica ( y II)
Con visión de medio y largo plazo, es el momento para, desde el Ministerio de Industria, promover la investigación y, sobre todo, la innovación y aplicación de nuevas tecnologías, por su efecto en la mejora de la competitividad, por lo que proponemos elaborar un mapa de innovación y aplicación de nuevas tecnologías sobre el que actúe la iniciativa privada, con la formación de clusters fomentando la especialidad, uniendo empresas para realizar proyectos, y convocando a empresarios en think tanks con expertos.
Conscientes de que el futuro en absoluto es una simple proyección desde el presente o volver a niveles pasados. Consultemos qué hacen los más avanzados y copiemos lo mejor, rompamos con la burocracia, incorporemos la tecnología y agilicemos trámites, creando centros virtuales de decisión –ventanillas únicas virtuales– que por Internet canalicen las tramitaciones y superen barreras incluso de las diferentes comunidades autónomas.
En cuanto a costes, ¿qué es más económico para el sistema, adecuar costes salariales mejorando la competitividad y manteniendo empleo o pasar a engrosar el gasto del subsidio de paro?
Tiene todo el sentido la propuesta formulada desde la CEOE de rebajar costes salariales con una reducción de la cotización social, a cambio de otras reformas fiscales como incrementar el IVA, lo que conllevaría mejorar la competitividad, aumentar o mantener empleo y posibilitar ingresos superiores, al tiempo que menores gastos (reducir el IRPF sobre las rentas del trabajo a cambio de incrementar el IVA y elevar los impuestos especiales, tendría efectos similares a una devaluación selectiva, en consideración de D. Taguas).
Tenemos que pensar con criterio económico para resolver un problema eminentemente social, facilitando la flexibilidad y nuevas formas de contratación laboral con costes de despido crecientes. Pero este asunto es casi de imposible dialogo y no se está aportando la imprescindible serenidad objetiva. Es materia de tal valor político que, según parece, no se quiere dejar en manos técnicas. Atengámonos a las consecuencias.
Flexibilidad laboral
El presidente del Consejo Superior de Cámaras vaticinó recientemente que muchas empresas cerrarían por no poder afrontar un ajuste laboral debido a su coste. Aseguremos el empleo con flexibilidad laboral y utilicemos las coberturas también para que las empresas puedan ajustarse a la nueva realidad, optimizando costes para seguir siendo competitivas. Es momento de plantear una reforma laboral sensata y pausada.
Si bien los condicionantes monetarios impiden utilizar el recurso de ajustar cambios que permitiría una rápida adaptación competitiva, podemos tomar medidas selectivas que lo faciliten, ajustando precios allí donde sea posible, aprovechando la ventaja del menor coste del petróleo. Un estudio por sectores de posibles ajustes analizando sus repercusiones sería la primera tarea, con un programa de propuestas de choque y actuaciones selectivas, evitando excesos que llevarían al intervencionismo.
Ajuste monetario mediante propuestas de ajustes de precios, ‘devaluación selectiva’ premiando a quien colabore.
La retracción de la demanda está penalizando productos de marca y calidad, con desplazamiento del consumidor por orientación a precio, favoreciéndose productos de inferior calidad producidos en el exterior. La calidad y la fidelidad a marcas estabilizan la demanda y aseguran el empleo, por lo que es indispensable fortalecer su imagen, conscientes de que son los mercados abiertos los que mejor resuelven la optimización económica, pero necesitamos valorar lo propio, estimulando la demanda de productos y servicios de proximidad, evitando un proteccionismo contraproducente.
Mantengamos libre apertura en mercados, con apoyo y estímulo a lo próximo. Fortalezcamos la marca España con atención a la industria alimentaria y apoyo a la calidad.
Estamos acudiendo a una constante desaparición del pequeño comercio, que ve imposible competir, al tiempo que aparecen nuevos esquemas comerciales con importaciones de productos que puede no cumplan los requisitos de comercio justo, y destruyen más que crean, a pesar de que ayuden a la contención de precios. Sirva como ejemplo la existencia de centros de importación de productos que se comercializan en mercados rozando lo clandestino.
Aumentemos los controles efectivos que eviten competencia desleal y fomentemos el apoyo al pequeño comercio, que repercute también al pequeño fabricante. Esto evitará que desaparezcan ó se recuperen empresas con enfoque estratégico de diferencia.
Largos plazos de cobro
La menor actividad económica ha venido acompañada con una restricción del crédito y de la financiación del circulante y es importantísimo resolver el problema de los muy largos plazos de cobro de las operaciones que, al igual que en el resto de Europa, no debieran superar un máximo de 30 días, evitando abusos en las negociaciones de compra, con pagos a 180 días, si no más, que cuando se trata de servicios, intensivos en mano de obra, origina que hasta las empresas mejor gestionadas tengan dificultades.
La falta del oxígeno financiero hace que se paralice el sistema, por lo que la banca tiene que abrir las líneas de financiación de circulante. No se trata de dar crédito al no solvente, sino todo lo contrario, asegurar las operaciones aplicando una muy severa legislación a quien incumple. Plazos de cobro en 30 días, más apertura bancaria y financiación del circulante.
Que los organismos reguladores cumplan su papel o que desaparezcan, ya que en otro caso son cobertura perfecta para realizar irregularidades dentro de la legalidad. Tenemos muy reciente operaciones que ponen en duda la eficacia y, sobre todo, la diligencia de algunos organismos, que sin embargo llenan de burocracia la normalidad para dar apariencia de control y justificar su existencia. Supervisión sí, pero eficaz.
Empresa significa riesgo compensado, por lo que, además de sano, es muy conveniente estimular el beneficio. Es el motor de la economía de mercado y permite al empresario continuar en su esfuerzo iniciando nuevas inversiones, innovando y, si es posible, investigando por pequeña que sea su empresa.
Reconozcamos el mérito destacando a quien lo consigue. La actividad empresarial la hacen quienes saben hacerla, tienen la vocación y la ambición de realizarla; es decir, los empresarios, y es a ellos a quienes hay que dirigir el apoyo exigiendo compromiso.
Pero apoyo no significa subvenciones, que además de ocultar la realidad de los resultados son poco prácticas en el medio plazo. El beneficio es el motor de la economía y de la creación de empleo, por lo que su apoyo con ventajas fiscales atraerá nuevas inversiones.
Comportamientos éticos y justos
Más allá de los resultados, la actividad económica, tanto privada como institucional, tiene que descansar en un soporte de comportamientos éticos y justos, que respete valores aceptados, con información que facilite la toma de decisiones sobre un conocimiento entendido con transparencia.
Para que la información pueda ser interpretada de forma homogénea, se precisa que tanto lenguaje, forma y presentación sean reconocidos, evitando que por desconocimiento, o por falta de información o su entendimiento, la población sea reacia al cambio, rechazando el avance y manteniendo posiciones con terca obstinación. Sin duda reduce el margen político, pero ganamos eficacia evitando que asuntos técnicos se acepten o no en función de quién los presenta. Más y mejor información que permita la reflexión personal a fin de conseguir la confianza de la población.
A las decisiones, sean políticas o sólo económicas, a los cambios, a la comunicación del conocimiento, habrá que unir una actitud moral, con atención a nuestra cultura, a nuestra historia y tradiciones, al entorno de nuestra naturaleza, y que vaya dirigida a una mejora de la convivencia, para asegurar su reconocimiento y conseguir la mayor confianza en el binomio Democracia en competencia.
Queda realizar lo más difícil: concretar y cuantificar actuaciones, pero tomemos individualmente la iniciativa del estimulo, de la responsabilidad y el compromiso, y no la de esperar que nos lo resuelvan, ya que somos cada uno de nosotros quienes podemos hacer.
Dejemos que el optimismo, la ilusión y la esperanza superen la realidad cotidiana y tomemos todas las medidas para restaurar la confianza.
Un abrazo.