Que sea preferible el derecho de los no fumadores al de los fumadores no es algo matemático, pero no quiero entrar ahí porque me vale, creo que el derecho de los no fumadores es prioritario (y hablo de "derecho" en un sentido totalmente lato, puesto que no existen tales derechos ni para unos ni para otros, sólo son una prolongación del derecho a la libertad y, en su caso, a la salud -el primero fundamental y el segundo no-). Pero eso está superado. Lo que me seguís hablando una y otra vez no tiene nada que ver. Me explico (por enésima vez): no se lesiona el "derecho" de un no-fumador a no respirar humo de tabaco en una sala, con las especificaciones técnicas oportunas, de uso facultativo destinada a fumadores capaces. Si esto es así -y yo creo que es así- y vale pata zonas habilitadas -y así es, vale-, entonces esto es así también en una sala en un centro de trabajo.
Y podéis seguir sacando el derecho de los no-fumadores, la salud de estos y los que os dé la gana. Sin embargo, cuando se trata de una sala destinada al uso no de los no-fumadores, sino de los fumadores no procede oponer aquí los derechos de los no-fumadores. Como he venido repitiendo, en ese caso no se da el conflicto, no hay conflicto alguno. Si no hay conflicto, no se puede argumentar sobre la base de la salud del no-fumador. El único argumento, como también dije, es, entonces, la salud del propio fumador. Pero si es por eso, entonces (a) es incongruente, porque dicho fumador en su casa se puede poner hasta arriba de cigarrillos; y (b) es paternalista-perfeccionista, pues el Estado-Padre prohíbe al individuo capaz y libre la elección de meterse una sustancia (y, además y en este caso, legal) en escenarios no-conflictuales (ej., una sala de fumadores en centros de trabajo). Pero claro, si ése es el argumento, el del paternalismo, que os parece correcto a los que defendéis a capa y espada esta Ley espero que os guste mucho el pescado cocido, la lechuga y hacer ejercicio, porque entonces abrís la puerta a la prohibición de los chorizos, las morcillas, las pancetas, las patatas fritas, la Coca-Cola, el alcohol, el café, etcétera.
En fin, hasta yo mismo me aburro. Ruego que los defensores de la Ley me argumenten sobre las situaciones que no producen conflicto y no sobre si en la cola de la Delegación de Hacienda está muy bien que un tipejo ya no me pueda echar el humo en la cara (cosa que ya no se debía hacer antes).
Salud,
IUS