Uno un poco largo, como esta espera por las notas de octubre, que se hace larga, aunque sea corta.Un hombre caminaba por la calle Sierpes de Sevilla, cuando se encontró una lámpara. La recogió del suelo y la frotó hasta que apareció un genio.
El genio:
Vale, vale, me has sacado de la lámpara, bla, bla, bla, bla... Pero ¡coño! Esta es la cuarta vez que me sacan de la lámpara este mes y estoy hasta los huevos de vuestros puñeteros deseos, así que olvídate de los tres deseos.
¡¡Solo te concederé uno!!
El hombre se sentó en un banco y pensó durante un rato. Finalmente dijo:
Siempre he querido ir a Nueva York, pero me da miedo el avión y en barco me mareo.
¿Podrías construirme un puente hasta NY para que pudiera ir en coche a visitarla?
El genio rió ruidosamente y dijo:
Eso es imposible amigo mío, piensa en la longitud monumental necesaria para construirlo. ¿Cómo conseguiremos construir los soportes hasta el fondo del Océano Atlántico, a 10 km de profundidad?
Piensa en la cantidad de acero y cemento que serían necesarios, estás hablando de un puente de 10.000 km de largo. Y habría que poner gasolineras cada 100 km, piensa en las infraestructuras, es imposible.
Piensa otro deseo, este no puede ser.
El hombre lo comprendió, se sentó de nuevo a meditar y buscó un deseo realmente bueno. Finalmente el hombre dijo:
He estado casado y divorciado tres veces.
Mis mujeres siempre me han dicho que no me preocupo de nada y que soy insensible.
Así que mi deseo es:
¡Quiero entender a las mujeres!
Quiero saber como se sienten por dentro.
Quiero saber que están pensando cuando me miran en silencio.
Quiero saber porqué gritan y porqué lloran.
Quiero saber que quieren realmente cuando dicen: “No pasa nada”
En realidad lo que más quiero saber es como puedo hacerlas “realmente felices”.
El genio le mira sorprendido y le pregunta:
¿El puente lo querías de dos o de cuatro carriles?
Saludos y suerte.
Serena 