Las Cuentas Colectoras simplifican la gestión de cobros y pagos dispersos en distintos puntos geográficos, por lo que resulta especialmente interesante para:
Empresas con redes de venta amplias.
Grandes emisores de recibos por servicios.
Instituciones y organismos públicos que recaudan tributos o canalizan la concesión de ayudas.
Organizaciones que gestionen campañas de recogida de fondos.
La cuenta centraliza todas las operaciones de cobro y pago y las registra según las pautas definidas por el cliente, lo que facilita la identificación y el tratamiento de la información.