Realismo, cero: utopías y delirios, a cuál peor. Éste es el panorama de España. La única solución pasa por la divina providencia: Dios nos castigará al desastre completo (de momento nos manda moros para que veamos la señal de que algo no estamos haciendo bien, empezando por la CE 78) y antes o después iluminará el camino para rehacernos. El problema es que el camino puede pasar perfectamente por mil años bajo la feroz tiranía del Islam.
Hay más señales divinas, como por ejemplo fue una señal divina, el corralito de Argentina, como lo es ahora el corralito de Irlanda, pero seguimos sin entender el obvio significado de los mensajes de la divina providencia, que no es otro que el de que nos pasará a nosotros si hacemos las mismas cosas y será peor todavía, si las hacemos peor todavía.
La que se avecina es de aupa: desintegración de España y descomposición en Taifas ingobernables, caos, anarquía, el vandalismo navajero como forma de Gobierno. Probablemente veamos gobernar a ETA en alguna autonomía e incluso en toda España. Esto más el intento de retorno al socialismo real o a algo que se parezca lo más posible a eso. Además, el sector público gastará lo que no tenemos, o lo que es lo mismo: lo que tenemos multiplicado por 1.000. Y en este panorama caótico, de todos peleados contra todos, los musulmanes empezarán a apoderarse de Ceuta, Melilla, las Canarias, y al ser la única fuerza más o menos unificada, se hará con todos los resortes del poder real en España, lo que sentará las bases para una dictadura teocrática musulmana.
El resto: bizantinismo, utopismo, optimismo a todas luces irracional y trasnochado. Por cierto: ¿cómo acabó el Imperio Bizantino? ¿Quién le dio el golpe de gracia? ¿No fueron por casualidad los musulmanes del Imperio Otomano?
¿Pero hay alguien tan ciego y tan torpe que no sea capaz de ver la que se avecina?
Tan cierto como que sólo un milagro nos salvará…