En la manifestación del 5 a las 5, estuvieron miembros del PP a título particular, sin respaldarlo la marca.
Como veo que hay mucha confusión sobre estos asuntos, voy a explicar esto de la forma que yo lo veo:
1. Aparte de que no creo en partidos, no creo en ideologías, no creo en mitología de derechas e izquierdas, en este asunto sí se puede distinguir en un nivel muy básico a mayoría y minoría.
2. El discurso mayoritario en España, aboga por claudicar ante los terroristas, ceder ante los nacionalistas, votar PP y PSOE como mal menor, etc. España es un país mayoritariamente tibio.
3. Y el otro discurso, con el que yo me siento identificado, es partidario de aplicar a los terroristas las penas máximas, de no claudicar ante el terrorismo, de no ceder a los nacionalistas y perseguir y meter en la cárcel no sólo a terroristas, sino a colaboracionistas, a los que ocultan y manipulan pruebas, compran a los jueces. Y a los que hayan hecho cosas que no son delito, pero que son políticamente odiosas en estos asuntos, tratarlos con la mayor de las hostilidades. Es un discurso minoritario. Los que pensamos así somos minoría. ¡Y no pasa nada!
4. El tema es cuando las mayorías contaminan un discurso de la minoría, cuando las minorías van a remolque de las mayorías. Y eso es lo que no se debe hacer.
5. El problema no es estar o no estar físicamente. El problema es que el que va a un sitio, sin creerse su papel, mejor es que no vaya. Así de sencillo. Ni la mayoría tiene que dirigir a la minoría en cómo tiene que pensar, ni la minoría dejar de decir y hacer lo que piensan por aquello de qué dirá la mayoría, ni menos aún dejarse dirigir.
6. La mayoría, no lo olvidemos es siempre de naturaleza gregaria, es así, fue así siempre y será así siempre. El problema en democracia es que lo sea la minoría, porque entonces ya no hay mayoría y minoría, que es lo natural en democracia, sino unanimidad, que es típico de la tiranía.
Y tras estas aclaraciones, paso a explicar por qué siento que esta manifestación no fue como la del 5 a las 5.
La marcha del 5 a las 5 estuvo protagonizada por la minoría liberal. Fuimos, llevamos las banderas de España y dijimos lo que nos pareció sobre este estado de cosas, sobre las revelaciones del Faisán y del 11-M y sobre todo, sobre una cultura de claudicación con los terroristas y transacción ante los nacionalistas, que se ha impuesto en todos los partidos, todos los medios de comunicación, universidades, escuelas, etc. Por eso no existíamos para toda esa gente y estuvo bien que no existiéramos. ¡Nosotros a la recíproca con ellos! Y no pasa nada. Era una época en la que Rubalcaba no entregaba los papeles del 11-M y en la que, las sospechas sobre tramas político-policiales-judiciales en relación con juego sucio y de complicidad sobre el terrorismo, crecían. Crecían y siguen creciendo. El discurso de la minoría es no a las claudicaciones, no al colaboracionismo, perseguir, encarcelar y hostigar a los traidores que han hecho de España un basurero moral, sean del PSOE, del PP o vengan de donde vengan. El discurso de ayer, era el de acusar al PSOE y perdonar al PP los mismos hechos. Y hablo de resoluciones esperpénticas del Parlamento vasco que se han votado por el PP. Y hablo de que el PP dice que el dinero que nos roban los nacionalistas, es poco y que Zapatero tiene que darles más, etc. Por tanto, un acto destinado a ser una demostración de descontento de la minoría contra la mayoría, se convirtió en un acto en el que la mayoría avasalló y acalló a la minoría, pidiendo aplausos para el PP, (que no consiguió y eso fue lo mejor de la manifestación) por lo de decir que los etarras son víctimas, etc. En cuanto a los destinatarios naturales de ese mensaje de protesta, obviamente son siempre las mayorías, PP y PSOE. Ayer por ejemplo, faltó una denuncia por los conferenciantes, del encubrimiento del 11-M, de la manipulación de pruebas, de esas tramas negras que comenzaron con el GAL, siguieron en el 11-M y acabaron en el Faisán. La gente de la minoría, debe perder el miedo de abuchear también al PP, cuando lo que le hacen no les gusta.
Tiene que haber más manifestaciones contra la mayoría, contra el gregarismo, contra el mal menor, contra los dogmas, contra la mitología de derecha e izquierda: el país cambiará para bien, cuando la minoría coja las riendas de sus asientos, cuando se le diga a la mayoría que tiene derecho a gestionar el dinero de los impuestos, que debe hacerlo bien, pero que no tiene derecho a dirigir las almas de la minoría, por muy minoría que esta sea. En democracia la mayoría decide, pero la minoría tiene derecho a cuestionar. Tiene el derecho y el deber de cuestionar los dogmas y las supersticiones de la mayoría.