Lo tuyo es todo muy puro, todo copiado, nada propio, nada creído con verdadera fe.
Salirse de las andaderas, sí, eso decía Kant, también de las del Estado.
Me parece muy bien salirse de las andaderas religiosas, pero también hay que salirse de otras andaderas, como puede ser el nacionalcatalanismo, el nacionalgalleguismo o de las de las Ikastolas. Te olvidas de que, en el contrato educativo liberal, el Estado no tiene derechos ni sobre los cuerpos, ni sobre las mentes de los niños y que ese contrato ha sido alterado por ideologías totalitarias, como el nacionalcatalanismo que mantiene a Zapatero y al PSOE en el poder.
Perdona, a Zapatero y al PSOE lo mantiene en el poder la legitimidad democrática de haber sido elegido en las urnas por mayoría de los españoles y los pactos con nacionalistas para sacar sus reformas adelante son tan legítimos cómo los que hizo el PP con los mismos en su momento. De hecho, todavía estamos esperando una moción de censura por parte del PP. Porque si de verdad quisiera salvar a España de este gobierno tan destructivo, según él, ya la habría presentado y no esperar a que España se hunda en la miseria cómo dice el PP y su líder Aznar, caricatura hitleriana, que ya se encarga de ir por el mundo hablando todo lo mal que puede de nuestro país.
Copio y pego lo que me da la gana porque las normas del foro no lo prohíben. ¿Que te interesa mi opinión?. Pues yo te la digo. Creo que la mayoría de los españoles tenemos una santa paciencia por tener que aguantar a diario a los cristianos torpedeadores de la democracia y nostálgicos del anterior régimen y del poder inseparable Iglesia-Estado. Estamos hasta la coronilla.
Sí te lees bien la Constitución Española y la Ley de Libertad Religiosa de darás cuenta de que en este país está asegurada la enseñanza religiosa a quien quiera recibirla en los colegios públicos y existe colaboración con la Iglesia Católica, se restauran centros religiosos con dinero público y se financia a la Iglesia en gran parte con los impuestos de los ciudadanos.
Si me dices que le quitan el derecho a recibir la asignatura de religión católica para imponerles otra, pues sería incumplir la legalidad. Pero enseñar a la población desde la niñez lo que son los derechos fundamentales y libertades públicas y el respeto a los mismos de una forma imparcial y objetiva, pues hasta considero que tal y cómo está el ambiente, es acertado y, además, NECESARIO.
Educación para la Ciudadanía NO supone recortar derechos a recibir también educación religiosa. Ambas asignaturas NO SON INCOMPATIBLES ENTRE SÍ.
Es más, me da igual que religión la imparta un sacerdote o un laico, siempre que de igual forma se imparta con objetivicada e imparcialidad. NO como adoctrinamiento. ¿Qué quiero decir?. Pues quiero decir que no es lo mismo decirle a un niño que el divorcio es un pecado, que decirle que es un derecho reconocido por el ordenamiento jurídico. Ello no obstaculiza tampoco para que expliquen lo que significa el matrimonio desde el punto de vista religioso y el sagrado sacramento y tal y tal, pero siendo objetivos e imparciales en el sentido de explicarles la diferencia entre lo que son reglas morales (religión) y reglas normativas (el Derecho).
En cuanto a exhibir crucifijos y símbolos religiosos en las aulas de los colegios públicos, pues creo que la mejor solución es la que dio el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. Si nadie se opone, pues puede exhibirse. Pero si alguien se opone, pues hay que quitarlo y punto. El Estado es aconfesional y no cabe que el mismo imponga religiones a nadie o promocione ninguna, y mucho menos en el ámbito educativo donde más hay que cuidar el libre desarrollo de la personalidad.
Luego nadie impide a nadie ir a misa, ni que se diga misa. Es más, el Estado está obligado a proporcionar el derecho al culto en sitios cómo hospitales, por ejemplo. Educación para la Ciudadanía no conlleva perjudicar o suprimir derechos a los cristianos, menos aún cuando es una asignatura que puede ser adaptada haciendo uso de la Libertad de Cátedra.
Por tanto, creo que se está exagerando y sacando de contexto las cosas, creando un problema que no existe y enturbiando la convivencia pacífica en democracia y el respeto mutuo entre los ciudadanos creyentes y no creyentes.