Se silencia que entre el crimen y la guerra medió una rebelión militar
El primer capítulo de una serie de 13 entregas, que se estrenó anoche en Telemadrid con motivo del 75º aniversario de su comienzo, olvida todas estas zarandajas y va derecha a su objetivo: mostrar que la Guerra Civil fue la inevitable consecuencia del asesinato de Calvo Sotelo por los socialistas.
Esta manipulación de la historia comienza por silenciar que entre el asesinato de Calvo Sotelo, en las primeras horas del 13 de julio de 1936, y la Guerra Civil medió una rebelión militar que se venía preparando desde el mismo día del triunfo electoral de la coalición de izquierdas, el 16 de febrero del mismo año. Pero si desaparece la conspiración, es lógico que desaparezcan también los tratos que Calvo Sotelo y su partido mantuvieron desde el triunfo del Frente Popular con los militares que planeaban el golpe de Estado. El responsable del guion, biógrafo de Calvo Sotelo, conoce bien sin embargo los contactos que su biografiado había establecido con el general Mola y con miembros de la Unión Militar Española, a los que prestó su apoyo y dio su conformidad para el golpe que estaban preparando. En esta ocasión, sin embargo, ha preferido silenciarlos, quizá porque introducían una desagradable complejidad en una narración construida al servicio de una única idea: presentar mendazmente el asesinato de Calvo Sotelo como una acción decidida en alto lugar, el Ministerio de la Gobernación, y transmitida a lo largo de una cadena de mando hasta sus ejecutores inmediatos, militantes del PSOE; una acción que, por tanto, hace inevitable una guerra civil sin necesidad de recurrir a la conspiración militar.
El asesinato de Calvo Sotelo y, más aún, si cabe, la clamorosa ausencia de su condena pública, nítida, sin ambages -y sin buscar una excusa en los asesinatos del capitán Faraudo y del teniente Castillo-por las autoridades republicanas y por los dirigentes del Partido Socialista, no pueden tener justificación alguna: lo primero fue un crimen y lo segundo un error que magnificó el crimen. Pero de ahí a vincular causalmente, por medio de la imagen y la palabra, la Guerra Civil con su comisión hay un salto que ningún historiador que no intente utilizar esa muerte para sus intereses políticos o ideológicos se atrevería a dar.
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LoginEsto confirma mi tesis que vengo defendiendo desde hace tiempo. Los ASESINOS FASCISTAS, sus familiares y simpatizantes, bien integrados en el PP, luchan a toda costa por quedar impunes ante la historia. La primera medida fue cargarse profesionalmente a Garzón cómo Juez de la Audiencia Nacional, manipular de una forma extremadamente vergonzosa el diccionario de la RAH para ahora emitir una berborrea utilizando una televisión PUBLICA. Ypobres castellano-manchegos con el director que les ha puesto la Cospe al mando de la televisión pública manchega. De lo más rancio y retrógado de este país. Todo ello pasando por oponerse a desenterrar y dar digna sepultura a los republicanos fusilados.
Alguien le dijo a Millán Astray en una universidad aquello de "ganaréis, pero no convenceréis". Yo le digo ahora al PP y a los peperos lo mismo. Les recuerdo que la violencia no se justifica con más violencia. Que si mataron a un líder político, no es excusa para matar A MEDIO PAÍS o expulsarle del mismo. Que NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO