Sigamos con las consecuencias. Pensemos en nuestra tía (sí la hermana de nuestro padre) y su hijo (el primo de nuestra edad) que ya tiene un trabajo estable en una empresa de la leche. Y tú, como un tonto, de "doctorando" haciendo ni se sabe qué. Y la tía preguntando, Navidad sí y Navidad también, que cuándo vas a ponerte a trabajar de una vez. Y otra vez la misma preguntita en la Semana Santa... y en el verano... y en el entierro del tio-abuelo Saturnino... Acabas temiendo a la tía. Antes de cada posible reunión familiar preguntas, ¿va a ir la tía? ¡No quieres ni verla! Tú que te estás dejando los cuernos currando en la calle, biblioteca..., comiendote el coco a todas horas, teniendo pesadillas por las noches, ¡y la tía erre que erre!Y ahí no acaba todo... ¡Más preguntas! "¿Y despúes? ¿Qué vas a hacer?" "Joder, lo de la Universidad es chunguísimo". "No hay quien consiga una plaza". "Te vas a tirar hasta los 40 ganando 600 euros". "¿Cuándo vas a sentar la cabeza"... más preguntas. Y ni se te ocurra decirles que después te vas a hacer un "post-doctorado", aunque sea a los Estados Unidos. La tía seguirá con sus preguntas: "¿Cuándo vas a trabajar?" o, siendo más castizos, "¿Cuándo te vas a colocar?". Tú piensas para tí mismo: "Tía, esta noche mismo me coloco, me voy a pillar un cebollón de campeonato porque si no no sé qué va a ser de mí con tanta pregunta".Saludos.