Se me ha ocurrido una reforma político-electoral, que introduciría un sistema peculiar de elecciones nunca visto hasta entonces:
Primera vuelta: referéndum sobre el Gobierno. ¿Debe presentarse a las elecciones el partido gubernamental?
Si la respuesta es sí, se celebrarán elecciones normalmente como hasta ahora.
Y si la respuesta es no, se convocarían elecciones sin la presencia del partido gubernamental. Así se conseguirían los dos objetivos: echar al Gobierno cuando quiera el pueblo y que, después, el pueblo pueda elegir sin la presión de tener que votar por el mal menor para quitar el mal mayor. Así, destituido el Gobierno, se podría elegir a partidos que realmente fueran del agrado de los ciudadanos, ampliándose así el panorama político, teniendo eso como resultado, un mayor pluralismo político y una mayor democracia.
Y todo eso, añadiéndose las reivindicaciones típicas, como que un partido que tiene más votos que otro, no tenga menos diputados.