Las apariencias engañan a veces, otras veces no. Y en este caso, todas las apariencias estaban en contra de Garzón desde una interpretación razonable. Si se admite una querella del TS en un caso así, mal asunto. Porque las pruebas son los mismos autos, de modo que siendo abiertamente chocantes, en buena lid y tratándose de presunta prevaricación, una de dos: o haces que se desvanezca el asombro con razones muy pero que muy poderosas, o estás jodido.
Porque (y esto no es contrario a la presunción de inocencia) dada la especialidad de estas causas, desde el momento en que se hace algo sorprendente, chocante, que tiene mala pinta jurídica y la querella es admitida, opera una verdadera presunción de culpabilidad. La presunción de culpabilidad opera desde el momento en que la apariencia está en contra del reo. Es así, al menos en estas causas, donde insisto, la prueba son los autos.
Entonces la instrucción va encaminada, a ver si se desvanece esa apariencia en contra del reo, mediante un giro sorprendente.
Si no hay nada que desvanezca esa apariencia en contra del reo, entonces debe ser condenado. Así son las cosas. La presunción de inocencia es plena cuando no hay apariencia de delito, cuando la hay no se destruye, pero queda muy en entredicho.
Por eso pido encarecidamente a los que comentan el tema, a los que quieren aprender, y a los que van a ejercer, a los que van a opositar, etc. que hagan lo que hagan, se lo tomen muy en serio. En general, éste es un consejo que vale también para quien no quiera de momento hacer nada con el derecho. Hay un proverbio que dice: "cuando estés sentado, estate sentado, cuando estés de pie, estate de pie, hagas lo que hagas, no vaciles." Pues yo sustituiría: "no vaciles" por "tomátelo en serio."
Estamos en la edad de bronce, para todo. Hay una importante crisis también en el ámbito jurídico. Eso se refleja en la jurisprudencia. Cosas que se permitían en la edad de la inocencia, ahora ya no se pasan tan fácilmente. Hay una conciencia creciente de que hay que salir de la crisis. Y eso no exige otra cosa que meritocracia, uniformidad, unificación de doctrina, seguridad jurídica, eficiencia, economía procesal, etc. La jurisprudencia no será fuente del derecho, el art. 3 CC dirá lo que diga, pero cuidado con llevarle la contraria al Supremo o con decir que todo el monte es orégano. Cuidado con decir que la civilización o la sociedad es la suma de millones de amigos. No: es la leal colaboración de millones de familias, de millones de profesionales, coordinados por unas reglas del juego que tienen que estar claras, para cuando haya conflictos. (Un punto de encuentro para cuando nos perdamos). Lo de los millones de amigos está muy bien para una canción de Roberto Carlos, pero la vida es más prosaica. De igual modo, el derecho no puede, no debe ser la suma de todos las millones de genialidades.