El ministro, Jorge Fernández Díaz, como saben bien quienes tienen contacto con él, no oculta su pertenencia al Opus Dei. Son conocidas frases suyas que merecen respeto en cualquier particular, pero que parecen al menos discutibles en boca de un cargo público; frases como “Dios es el gran legislador del universo”, o, aún más criticable en un Estado aconfesional, “la política es un magnífico campo para el apostolado”.
Un rato de oración, otro de lectura espiritual
Pero en Interior lo que empieza a contemplarse ‘con perplejidad’ es la ‘coincidencia’ de varios personajes en la cúpula del ministerio, todos ellos provenientes de la Obra, o al menos sus círculos de influencia. Lo que preocupa no es tanto que Fernández Díaz ‘presuma’ de “ir a misa todos los días, rezar el rosario, hacer un rato de oración y otro de lectura espiritual”, aunque ese es un derecho individual, pero que como tal debe mantenerse en el ámbito privado, lo que provoca prevención es que la gente de la que se ha rodeado proviene, casi sin excepción, de gente que comparte ideas y formas de comportamiento.
En concreto, se señala entre los funcionarios cómo, un puesto clave, el de Secretario de Estado de Seguridad, ha pasado a ser ocupado por otro hombre de ese entorno, Ignacio Ulloa. Hombre duro del PP catalán, salido de las filas de FAES –es decir del entorno de José María Aznar-, se asegura en el ministerio que Ulloa también es de “oración y lectura espiritual”. En concreto, que es en los círculos del Opus donde Fernández Díaz y Ulloa se descubrieron.