¡Que desesperación! Para corregir un test. Y si por lo menos hubiesen colgado las plantillas. A ver si esta lunes hay suerte.
A ver, a ver, vamos a aclarar las cosas.
Un test no es cualquier cosa. Un test tiene 4 opciones y solo vale una, en buena teoría.
¿Es que el tribunal o profesor se las sabe así como así? ¿Es que él o ella no dudan sobre la pertinencia de una respuesta u otra? Nada más lejos de la realidad.
Este fin de semana siguen algunos profesores derramando sudores porque pasan los días y no encuentran la respuesta adecuada de los tests. De su test.
Una gota de sudor frio perla la frente del catedrático. ¿Es la A? ¿La C? Yo cuando lo redacté pensaba que era la A pero ahora...Y sigue con sus cavilaciones cada día más trágicas. El día se acerca. El profesor teme las impugnaciones. Las avalanchas de descontentos. Quizás salga en la prensa, en el diario regional, por un motín de alumnos de la Uned que rechazan que la respuesta acertada sea la D. Eso sería un desdoro para el Catedrático. Cuidado, cuidado, vamos con calma. Estoy seguro de que un fin de semana de retiro me aclarará las cosas...(piensa Don XXX, catedrático de la materia, o doña YYY, profesora titular del departamento).
Anda, llaman a la puerta, a ver si van a ser mis sobrinitos... Si vienen los sobrinos estoy salvado, porque si no consigo hallar la respuesta inapelable ellos me la darán con sus manos blancas. Si no recuerdo mal tengo los dados y el cubilete que usábamos con mis hijos hace tantos años....