¿Y por qué no polemizar? El debate se presta a recapacitar y, hacerlo, enriquece la postura de cada persona. En mi caso, dos de dos: padre y funcionario. Y, dependiendo de la situación, le quito tiempo a mi hija y a la Administración para dárselo a mi licenciatura y viceversa. Y no me siento delincuente, ni malhechor, ni siquiera mala persona en ninguna de las cuatro posibilidades
Con mi hija tengo casi más contacto que en estos últimos años gracias a estudiar Derecho. Prepara oposiciones a judicatura y le consulto con frecuencia cuando me entran dudas. Y, cuando me necesita, le dan por ahí al Derecho Eclesiástico, la Filosofía y mi obligación de alimentos de Civil, que no necesito estudiar para saber lo que tengo que hacer cuando me lo dicta mi corazón.
Al desempeño de mi trabajo de funcionario le está viniendo de miedo lo que estoy aprendiendo con mi esfuerzo, mi dinero y mi tiempo estudiando otra carrera. Y, más de una vez, no he asistido a algún examen -derecho que tengo reconocido- porque he comprendido que era importante mi presencia en algún acto, fuera del horario de trabajo inclusive. Y claro que, si me veo achuchado por un examen y no tengo nada urgente que hacer, estudio en mi puesto de trabajo. Y lo seguiré haciendo procurando guardar ciertas formas ante compañeros y ciudadanos.
Creo que, con una escala de valores honrada, una conciencia bien formada y dos dedos de cabeza para tener un poco de criterio, hasta es preferible conciliar los tiempos y no vivir en una serie de compartimentos estancos. Hay que tener flexibilidad y no ser un estrecho de conciencia y de mente.
Como sabes, Iusdental, el "do ut des" procede de los contratos innominados del Derecho Romano. Vamos, que todo está inventado.
