No, vamos a ver: condenar tampoco. Eso ya no tiene sentido.
Si el PSOE condena o no lo de la República: ¿qué importa ya a estas alturas? Se trata de un partido que hace leyes totalitarias, esperpénticas, (Ley Patín de Igualdad, Ley mordaza, Ley Caamaño que pretende dejar impunes los delitos de corrupción y prevaricación, al conceder el monopolio de la Fiscalía, (que llega a falsear los hechos en el caso Cronide, para pedir descaradamente dar carpetazo a ese caso de corrupción), que hace bandera del guerracivilismo, utilizando de paso a los jueces de su cuerda: su concepto de la separación de poderes es muy parecido al de Largo, Lenin o Negrín. No contentos con eso, han pactado reintegrar a ETA en las Instituciones (López) o presentado a unos especimenes como la de Murcia, que tiene como referentes y símbolos al Che, a guerrillas terroristas comunistas y la estelada de los Maulets: grupos violentos independentistas, que para colmo subvencionan.
Todo esto obedece a un modelo que fracasó con la caída del Muro, que hizo pagar en sangre un caro tributo a la humanidad y que el PSOE debería revisar. Un modelo que es tanto más escandaloso, porque por ejemplo con la ley mordaza y el juego sucio, pretenden cerrar medios de comunicación que, en sede judicial son exonerados de todo lo que les acusan, con todos los pronunciamientos favorables.
Soy anticomunista por algo: se ha demostrado que las dictaduras socialistas son con diferencia las más crueles. No persiguen puntualmente la disidencia, lo hacen de manera sistemática, masiva, a la dictadura política se le añade la artística, la estética, etc. A la pérdida de libertad se le añade el convertir el país en una jaula, como sucedió con el Telón de Acero. Y luego los campos de exterminio de millones y millones de personas, que los nazis copiaron de los comunistas, las caravanas de esclavos, etc. A la destrucción de la libertad se le añade el que nadie puede ser propietario de nada, un intervencionismo atroz en todos los órdenes, la destrucción de templos, bibliotecas, etc. No todas las dictaduras son iguales: por eso trato de manera distinta los casos que son distintos.