Tiráis la piedra y escondéis la mano, señor. ¿A qué vuestro anterior comentario, pues?
Déjame decirte, mi tibio amigo, mtc, mi tierno cielo, que el asunto de las cabras que son arrojadas desde los campanarios, y de la gente que gusta de tan gratificante espectáculo cultural, está muy relacionado con la imposición de un modo de vida. Sólo así se entiende que arrojen a los bichitos y no a sus personas, que sería lo lógico, lo natural. A la peor resulta que perro no come a perro.
Y en lo que dices de Fidel y cia, tienes toda la razón, pero ¿a qué?, ¿a qué viene? Hablábamos los gentiles de las declaraciones de un sujeto, de un personaje, tal vez persona, quién sabe. Pero si vienes a sacar tajada, por mí adelante.
Salut! (que debiera ir al principio, y no al final)