Y dices bien.
El problema es que mucha gente lo que ve, es que los partidos que piden y obtienen el voto, pueden matar, robar, vender España a los terroristas, degradar la educación como les dé la gana, adoctrinar, imponer costumbres, etc. y luego nombrar a los jueces del TC y al Fiscal General a gente que les garantiza la impunidad. Y así es como el terrorismo se convierte en lo único que predomina. Eso naturalmente ya no es derecho, es barbarie impuesta por una fuerza mayor que la ciudadanía difícilmente puede remover con los votos, que difícilmente puede remover con otra cosa que no sea oponer otra fuerza aún mayor.
Además a los políticos les lavan el cerebro en la escuela, los contaminan de antiespañolismo, etc. A veces sale un político distinto, sí, pero la experiencia demuestra que sus compañeros consiguen de una u otra forma, amedrentarlo, convertirlo a su secta, hacer que el miedo al qué dirán, prevalezca sobre sus convicciones. Y hay más problemas: las universidades están llenas de catedráticos proetarras y antiespañoles, de gamberros que revientan conferencias de un señor, por el sólo hecho de ser de nacionalidad israelí. Llevamos con esa cultura del demérito desde mayo del 68. La solución, la única solución pasa por que alguien rompa con todo y empiece desde cero. Y esto implica:
1. Desconocer toda sentencia favorable a los terroristas, anularlas, darlas por no pronunciadas y encarcelarlos de por vida en un zulo, como en el que tuvieron ellos a Ortega Lara.
2. Desconocer y revocar toda la Constitución, así como toda la jurisprudencia de la cancillería del PSOE sobre las Autonomías.
3. Imponer un precepto constitucional mediante referéndum, que diga tajantemente: “NINGÚN TERRORISTA ESTARÁ NUNCA FUERA DE LA CÁRCEL.” SE INVALIDAN Y REVOCAN TODOS LOS BENEFICIOS PENITENCIARIOS Y TODAS LAS SENTENCIAS ABSOLUTORIAS.”
4. Y luego los derechos, hay que repensarlos TODOS. Y si se está seguro de establecerlos, regularlos con una mayor claridad.
5. Derogar la ley de enjuiciamiento criminal, quitar todos los recursos dilatorios de la fase de instrucción y unificar las fases de instrucción y enjuiciamiento.
6. Que se ponga como garantía para el inculpado, que si queda absuelto por no tener en absoluto relación con el caso, pueda exigir que quien le acusó, incluido el Fiscal, si es preciso, paguen con la pena que le habría correspondido si hubiera sido declarado culpable.
7. Quitar evidentemente todo nombramiento político en los Tribunales y en la Fiscalía y suprimir lo de unidad de actuación y dependencia jerárquica.
8. Dar legitimación a los ciudadanos para impugnar partidos terroristas.
9. Reconvertir o ilegalizar las asociaciones subvendcionadas, eliminando así esta economía de manos muertas.
10. Desmantelar todo el tejido público empresarial, sindicatos subvencionados, entidades público-empresariales, consorcios de la lengua catalana, etc.
En resumen: leyes modernas y acordes con el espíritu de los tiempos, acordes con una concepción radicalmente distinta de la que se imparte en escuelas y se difunde por los medios de comunicación.
Lo malo es que será difícil encontrar un político totalmente desintoxicado de la propaganda antiespañola e irracional que se propaga en escuelas y se difunde en los medios.