os voy a contar un edificante y moralizante vivencia personal de la que espero sepáis sacar la moraleja correspondiente...
Hace años un hombre muy joven que se dejaba llevar por sus pulsaciones sexuales descubrió el vicio telefónico... Se pasaba las horas pegado al teléfono en las party lines y similares (internet no era una herramienta aún muy extendida). Un día se hartó (cuando le llegó la factura dle teléfono, esto es) y dejó de usar estos servicios pero de vez en cuando recibía llamadas erótico festivas... El hombre sintió curiosidad ¿por qué recibía llamadas si ya hacía tiempo que no entraba en los foros telefónicos? Preguntó a uno que le llamó de donde había sacado el número y éste le dijo que lo había visto escrito en la pared de una casa abandonada junto a una carretera. Pidió más datos y un día el hombre fue al lugar indicado y ¡ horror! vió su número escrito en caracteres enormes en la pared de una casa abandonada junto a una carretera junto a un mensaje sexual. El hombre se sintió desnudo, sintió pánico, terror, se sintió vulnerable, desprotegido, vigilado...
hasta que pensó ¿que es lo peor que me puede pasar? ¿que me llamen 4 locos y me digan cosas?... en los días siguientes llamó alguno en busca de frotamiento carnal y luego nada... todo siguió igual. Aquel número en la tapia lo vería todo el que pasara por la carretera pero ¿qué cambió en la vida del hombre? Nada.
Moraleja - Ojos que no ven corazón que no siente... Y si en rusia ponen imágenes de mi cámara web se pueden morir de aburrimiento.