Sí, Blas. La ley es injusta, el hecho es injusto, todo es injusto... pero la única verdad es que el hijo de p... (aunque su madre sea una santa) que sabía que estaba engañandola era él. Si soy el prestamista, quiero mi dinero; si soy la sociedad o el pueblo, quiero que lapiden a semejante engendro que a sabiendas que ponía el patrimonio de su octogenaria madre en juego, la engañó. El resto, palabras, palabras, palabras; la única verdad es que la mujer lo ha perdido todo por culpa de un cerdo.
Loable la acción de los jugadores del Rayo, que tomen ejemplo el resto de millonarios de la pelota.
Saludos.