Buenas tardes; después de haber leído atentamente todos vuestros mensajes, sobre este tema yo también voy a opinar en serio, respondiendo principalmente al forero Nacho:
Ante todo, vivimos en un estado social y democrático de derecho, supeditado a una constitución rígida, cuyo artículo 14 establece: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Y, obviamente, tú también estás obligado a cumplir con tu deber legal.
Independientemente de tus particulares y subjetivas convicciones, tú no tienes derecho a reprender a alguien con la intención de privarle de un legítimo derecho (ante una conducta que sí es lícita). Sí que habrías tenido derecho a ejercitar esa represión si una pareja- homosexual o heterosexual- se hubiese dado un beso en la boca ante el aula del colegio donde estudian tus hijos, lo cual podría considerarse como una falta contra la integridad moral.
Sin embargo, que una pareja se dé un beso en la boca en un Burgerking no representa delito ni falta alguna, y ello no te da derecho alguno a reprenderlos y mucho menos a expulsarlos de ese lugar público, y ya no digamos con vejación incluida, siendo todo ello punible. Y por supuesto, digo todo esto suponiendo suponiendo que esa pareja no fuese más allá del beso en la boca, pues haberse dado "el lote completo" en ese lugar sí podría haberse considerado una falta contra del orden público.
Tengo la convicción de que para nada te habría parecido mal si ese beso en público se lo hubiese dado una pareja heterosexual, y el caso es que te guste o no, el mismo legítimo derecho tiene a hacerlo una pareja homosexual. Si estás en contra de una conducta legal en un sitio público como es que una pareja homosexual se dé un beso en la boca, en lugar de incurrir en una falta o delito contra la integridad moral (según su gravedad, plenamente denunciable y punible), lo aconsejable es que te lleves a tus hijos a misa, a una excursión del foro de la familia a El Vaticano, o la sede del Opus Dei.
Todo ello dicho sin acritud, recibe un saludo.