Según cuenta mi tía, allí ahora tienen unas cartillas de racionamiento tipo España en la post-guerra.
El caso que ella compró compró un kilo de harina para hacer arepas y a la semana siguiente cuando volvió a comprar otro kilo del mismo producto, se lo denegaron. Así, de plano. Aducieron que hacía una semana que había comprado y "que no le tocaba" volver a comprar, hasta que no pasaran ótras dos semanas más.
Y como eso, pasa con el pan, el azúcar, la leche y cualquier producto básico que se precie. Las estanterías están vacías de género.
Estoy con el compañero cuando dice que seguro que a Maduro eso no le pasará. Puede que la población malviva a base de mendigar harina para hacer unas simples arepas,, pero seguro que él , las que le sobren, se les da al perro.
Eso es comunismo en su estado más puro, pero bueno, que estoy diciendo yo? que no cunda el pánico... menos mal que está aquí "Pablo" que dice que nos va a salvar de la crisis y que no es comunista...