No puedes ver los enlaces.
Register or
LoginHace casi dos años que el Tribunal Supremo ya declaró nulas las cláusulas suelo de las hipotecas en aquellos casos en que el cliente no fuese informado debidamente de su existencia. Ahora bien, rechazó la irretroactividad de la sentencia y fijó que la banca sólo debe devolver las cantidades cobradas de más por ese concepto desde el 9 de mayo de 2013, fecha en que anuló las claúsulas no transparentes. Sin embargo, el titular del juzgado de lo mercantil número 3 de Oviedo, en contra de esa doctrina, ha condenado al Popular a devolver a un hipotecado afectado por ese límite al tipo de interés del préstamo todas las cuantías pagadas por este.
El magistrado, en una de las primeras sentencias en esta línea y a la que ha tenido acceso ABC, defiende que «la sentencia del Supremo del 9 de mayo de 2013 no es un único cuerpo dogmático que debe aplicarse en todos sus extremos». Y recuerda que en parte el Alto Tribunal rechazó la retroactividad de su sentencia por «la quiebra y el riesgo a la seguridad jurídica que tal retroactividad provocaba». Este juez entiende que en el caso que atiende, por el que el cliente reclama algo más de 3.000 euros, «no concurren los motivos ni las causas para aplicar la doctrina excepcional de irretroactividad de los efectos de una cláusula nula».
El demandante, defendido por el abogado Ignacio García, director de Gersa Servicios Jurídicos, solicitó la nulidad de la cláusula suelo del 2,90% incluida en su préstamo hipotecario (tipo de interés mínimo que el cliente ha pagado aunque el Euribor estaba muy por debajo) por considerarla abusiva y alegar que no se le informó de su existencia en las escrituras. La entidad, por su parte, defendió la legalidad de la cláusula y, además, esgrimió que el préstamo no se firmó entre el banco y el cliente, sino que este último accedió a esa financiación subrogándose en el crédito concedido por la entidad al promotor de la vivienda.
En este sentido, el magistrado concluye que, pese a no haber firmado esa subrogación —el hipotecado asume las condiciones financieras pactadas entre el banco y el promotor, y firma el crédito con este último—, el banco «no pueda desentenderse de su obligación de informar» sobre esas características del préstamo al cliente final.