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LoginEl centro-izquierda ha ganado las elecciones regionales en Italia, pero, según los primeros sondeos, con un resultado inesperado para el primer ministro, Matteo Renzi, que pierde la región de Liguria, a favor del centro-derecha, y podría perder también Umbria, además del Veneto, que ya se daba como segura para el centro-derecha. Al mismo tiempo, el Movimiento 5 Estrellas (M5E) de Beppe Grillo, se confirma como segundo partido del país.
Son elecciones regionales, pero tendrán relevancia nacional. Casi veintidós millones de italianos estaban llamados a las urnas este domingo en siete de las veinte regiones italianas, y en 742 ciudades, 17 de ellas capitales de provincia.
Curándose en salud, Matteo Renzi, ha dicho que estas elecciones «no son un referéndum a favor o en mi contra, son comicios locales y no tendrán ninguna consecuencia». En efecto, el Gobierno en ningún caso podía caer, aunque Silvio Berlusconi y el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, dijeron que Renzi debería dimitir si no obtenía una victoria clara. Si el resultado final hubiera sido de seis a uno, es decir, seis regiones para el centro-izquierda, Renzi podría cantar victoria. Con los resultados obtenidos mediante sondeos realizados a pie de urna, Matteo Renzi habría ganado cuatro a tres, lo que puede representar un claro problema político para el primer ministro. Es decir, como en un partido de fútbol, el resultado final, 4-3, podría contar más que el porcentaje que totalizará cada fuerza política. Perder las regiones de Liguria y Umbria, además de Veneto, es un resultado clamoroso que perjudica a Renzi.
Liguria, un laboratorio
Una clave importante en estas elecciones ha estado en Liguria, hasta el punto de ser considerada una región laboratorio, porque puede marcar una tendencia en el futuro político del país. Los sondeos a pie de urna indicaban esta madrugada que el ganador sería el centro-derecha, con un resultado del 28-32%, seguido del populista M5E (25-29 %) y el centro-izquierda (21-25%).
El resultado, de confirmarse hoy con los datos oficiales, sería un cierto varapalo para Matteo Renzi. El centro-derecha habría ganado en Liguria porque se ha presentado unido, con un candidato, Giovanni Totti, portavoz de Silvio Berlusconi, al que apoyaba incluso la Liga Norte. En cambio, el centro-izquierda habría perdido por presentarse dividido: a la candidata del Partido Democrático (PD) que apoyaba Renzi se ha opuesto una lista, «Rete Sinistra» (Red Izquierda), que habría obtenido el 11-15%, con el apoyo de un destacado disidente del PD, Pippo Civati, quien a comienzos de mayo abandonó el partido y fundará otro llamado «Possibile», siguiendo la corriente de Podemos.
Campania ha centrado también la atención porque podía estallar una bomba política. El candidato del centro-izquierda, Vicenzo De Luca, exalcalde de Salerno, fue condenado por abuso de poder en el 1998 y la Comisión Antimafia del Congreso lo ha incluido en una lista de 17 «impresentables», operación que es vista como una venganza contra Renzi por parte de la presidenta de la citada comisión, Rosy Bindi, de la minoría del PD. En caso de ser elegido, como pronostican los primeros resultados, De luca corre el riesgo de no poder ocupar el cargo.
Matteo Renzi ha hecho una campaña basada en la economía, dando una imagen optimista al señalar que el país gracias a sus reformas ha salido de la recesión. Algunos datos lo apoyan: el Instituto de Estadística acaba de confirmar que el PIB ha crecido en el primer trimestre el 0,3 %, permitiendo al país salir de la recesión. Pero es un crecimiento débil y las autoridades monetarias siguen recomendando al Gobierno italiano que siga con su programa de reformas.
Vender las reformas
Renzi esperaba confirmar en estas elecciones el momento positivo de algunas de sus reformas y su buena relación con la opinión pública, que le llevó en las elecciones europeas de hace un año a obtener un resultado histórico: el 40,81%, el mejor porcentaje jamás obtenido por un partido de centro-izquierda, que solo podía compararse al 42,4% obtenido por la Democracia Cristiana en las generales de 1958. Pero esas grandes expectativas no se han confirmado. Renzi está intentando moldear el Partido Democrático (PD) bajo su absoluto control y, al no obtener el resultado esperado, el ala izquierdista minoritaria del PD lo celebrará con entusiasmo y pretenderá demostrar que esto prueba el fracaso de la política del primer ministro.
Numerosos han sido los «impresentables» o personajes polémicos en las listas, algunos implicados en escándalos de corrupción. Despertaba gran interés el comprobar la influencia que el caso de los «impresentables» tenía en las votaciones, en esta época de crisis, con la opinión pública muy sensibilizada en las cuestiones morales de la política y exigiendo la eliminación de los personajes corruptos. La influencia se ha reflejado sobre todo en la abstención, que ha sido prácticamente del 50%. Naturalmente, las fuerzas populistas se han aprovechado del descontento de los electores con la clase política. Se han beneficiado particularmente la Liga Norte y el M5E de Grillo, que pone a los partidos tradicionales la etiqueta de «ladrones».
Política y antipolítica
Al confirmarse el M5E como la segunda fuerza política, cabe imaginar un futuro preocupante en la política italiana: en las próximas generales, con la nueva ley aprobada, el «Italicum», habría seguramente una segunda vuelta que disputarían el PD y el M5E, con lo cual se daría una situación bipolar con un partido, el PD, que se haría con casi todo el poder, y otro partido que se colocaría contra todo el sistema, es decir, se trataría de la política frente a la antipolítica representada por Grillo. Un escenario que podría evitarse con la refundación del centro-derecha, hoy fragmentado y sin liderazgo.