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Autor Tema: Juego de tronos en la Mesa del Congreso de los Diputados  (Leído 433 veces)

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Juego de tronos en la Mesa del Congreso de los Diputados
« en: 31 de Diciembre de 2015, 15:54:04 pm »
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Las peleas por el reparto de puestos de la Mesa del Congreso se han convertido en el nuevo Juego de Tronos y auguran el mismo caos que el que se está produciendo en las negociaciones de investidura para formar gobierno. En un hemiciclo multicolor donde nadie tiene mayorías, han comenzado ya las primeras tomas de contacto y el reparto se predice más complicado que cuando PP y PSOE se dividían los puestos con una minoría restante de la oposición.

Los que llevan el peso negociador de la Mesa en este momento son los socialistas. Los portavoces del Congreso del PP, Rafael Hernando, y del PSOE, Antonio Hernando, mantuvieron el martes una primera toma de contacto para abordar la constitución del futuro órgano, y acordaron abrir un diálogo con todos los grupos con el objetivo de buscar un pacto «plural y estable». Ambos coincidieron en actuar con «responsabilidad» para la configuración de la Mesa y ambos portavoces coincidieron en buscar puntos de encuentro para que el acuerdo sea «lo más amplio posible». Aunque el verdadero reparto comenzará dentro de una semana cuando cada uno de los grupos se posicione con sus preferencias ya que el 13 de enero es la votación y la constitución de las Cortes y entonces deberán haber cocinado ya todos los puestos.

Mariano Rajoy pretendía también haber hablado de este asunto con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez en su reciente visita en La Moncloa, pero ante su negativa a todo el tema se quedó para los portavoces.

Los populares pretendían ser generosos en el reparto aunque el martes, Rajoy ya desveló su preferencia y su grupo apuesta porque la presidencia del Congreso la ostente un miembro del PP ya que fue la fuerza más votada en las pasadas elecciones generales, logrando 123 escaños.

Por su parte, los socialistas, con 90 escaños también quieren la presidencia de la Cámara Baja y busca apoyos en el reparto de la Mesa. Para la elección del presidente, que se hace mediante votación secreta, si en ronda registrada en la Cámara nadie alcanza la mayoría absoluta, se celebra a continuación una segunda votación entre los dos candidatos con más apoyos. En esa circunstancia, Sánchez confía en que el diputado socialista que ellos propongan, y que aún no han revelado quién es, se imponga al reunir a toda la oposición frente al aspirante del PP. Después comenzaría el reparto de los vicepresidentes y secretarios, donde saldrán elegidos los cuatro más votados en cada caso. Cada grupo tiene que medir la distribución de sus apoyos y repartirlos según se establezca en las negociaciones previas.

El resto de grupos también pide paso en esta negociación. Pablo Iglesias reclama para Podemos que las tres formaciones con las que se presentó en Cataluña, Galicia y Valencia (En Comú Podem, En Marea y Compromís-Podem) además de su marca propia tengan representación en la Mesa pero de manera individual, una exigencia que Iglesias pactó con estas formaciones cuando se presentaron. Y es que de esa configuración de la Mesa dependerá luego que tengan ese grupo propio que reclaman donde además tendrían hasta cuatro turnos de palabra en los debate.

Ciudadanos se convertiría en el árbitro de estos pactos pues depende de qué lado y con qué candidato se posicione puede inclinar la balanza. La formación naranja ha designado ya a sus interlocutores y esperan la llamada para empezar a negociar. Rivera ya le comunicó a los socialistas que él es partidario de que el presidente del Congreso sea diferente al presidente del Gobierno, considera que así es más plural y considera que éste debería tener un «perfil estadista».

Antonio Hernando también se reunió el martes con el líder de IU, Alberto Garzón y se comprometió a estudiar la petición que solicitan de formar grupo parlamentario propio con los dos escaños que obtuvo el 20-D para así no tener que pasar al Grupo Mixto ya que para ello debería haber logrado hasta cinco y un 15 por ciento de los votos. Puede que la generosidad del reparto quede reflejado luego en la investidura.