La verdad es que el circo, salvo el del sol, está en declive. Ya no se lleva el circo, ahora lo que triunfa son los Terra Natura y en estos centros, los animales no están como en su hábitat natural, pero qué duda cabe de que tienen unos espacios y cuidados que en los circos no se les puede proporcionar.
Ya digo que no soy muy partidario de las prohibiciones, pero ya en frío y dejando a un lado mi animadversión hacia Podemos, no me parece tan descabellada la medida, siempre que esté destinada únicamente a los circos ambulantes y dentro de éstos a aquellos que se encuentren en una situación más precaria, ya que esta precariedad, impepinablemente, irá en detrimento de los animales. No es el hecho de que se haga a los animales hacer el espectáculo de turno lo que a mí personalmente me hiere la sensibilidad sino lo que es la propia vida en el circo de estos animales, muchas horas encerrados en un camión de aquí para allá, condiciones de higiene, las horas que se pasan encerrados en jaulas, etc, etc...
Ahora bien, con lo que sí que no estaría de acuerdo es con que la medida se extendiera a todo establecimiento dedicado a la exposición de animales. Los niños tienen derecho a poder visitar estos centros, me parece algo muy positivo para ellos.
Y que no se quite la vista a los animales domésticos, si tanto interés tienen en la protección de los animales, que se empiece por ahí. No debería estar permitido que cualquier persona pueda comprar un cachorro de husky siberiano, por poner un ejemplo, con la misma facilidad que se compra una bicicleta. Mucho cuidado con esto, que los elefantes y los tigres del circo al menos comen cada día y no son atropellados en las carreteras como sí les sucede a miles de perros que son abandonados a su suerte a diario.