Los casos de pederastia protagonizados por miembros de la IC son un hecho, como también lo es el que la IC, en lugar de hacer frente a este problema y expulsar a los pederastas y ponerlos a disposición judicial, se ha tomado muchas molestias en tapar toda esa miierda. Sin estar de acuerdo con que se generalice sobre este tema, sí que creo que la propia IC se lo ha buscado, se lo han puesto a huevo a todos los anticatólicos que han visto en el tema de los abusos a menores el punto débil perfecto para hacer sangre. Y digo más, creo que se lo tienen bien merecido, esconder todos esos episodios y proteger a los hijos de perra que abusaron repetidamente de niños y niñas inocentes, no tiene perdón de Dios. Creo que el Papa Francisco ha sido el primero en reconocer los errores de la IC con el tema de la pederastia, llega tardísimo pero más vale tarde que nunca, sobretodo si esto sirve para poner freno ya no a los abusos que pueden darse en cualquier ámbito, sino a la protección por parte de la IC de los pederastas.
Sobre este tema, muy recomendable la recientemente galardonada con el Oscar a la mejor película «Spotlight», y a título personal recomiendo también la serie de tv «Ray Donovan».
Ya digo que yo no soy de los que generalizan, me parece detestable que la IC ocultara los casos de abusos, pero de ahí a aceptar que todos los sacerdotes son pederastas, como que no.
A mí lo que me da un poco de repelús de los curas y también las monjas, es lo del celibato. Me parece algo contranatura para cualquier persona el negar su sexualidad, es algo que no me cuadra, que no entiendo y que no me creo. Si una persona reniega o contiene sus impulsos sexuales, de ahí no puede salir nada bueno, a saber en lo que puede degenerar esa continencia, qué trastornos puede esto ocasionar en la persona, eso no puede ser sano. A mí es esto lo que me hace ver a ciertos curas como bichos raros. En mi corta vida he tratado de forma directa con muy pocos curas, el primero mi profesor de religión en la EGB, Don Luis, era un tío de puta madre, tenía fama de putero y borrachín, y seguramente los rumores fueran ciertos, no parecía para nada un reprimido, todos lo recordamos como un muy buen profesor. Luego también, un tío de mi mujer que era cura pero que se ve que no le iba mucho lo del celibato, se enamoró de una feligresa y colgó la sotana, gran tipo, falleció hace poco. Y el último con el que traté ese sí que me dio mal rollo, no sé si fue por la pasta que me sacó el muy carbón para poder casarme en «su» Iglesia (era la que le hacía ilu a la parienta) o por las pocas ganas que tenía yo de pasar por el altar (ningunas), seguramente esto influyó algo, pero realmente me pareció un hombre reprimido, su aspecto, su voz, no me aguantaba la mirada, esa pinta de no haber roto un plato,... no sé pero me dio mala espina, yo creo que éste sí que cumplía con el celibato, o no, vete tú a saber.
Moraleja: Los curas y las monjas, deberían tener la autorización de la IC para poder dejar la soltería y para follar libremente. Tal vez así se redujera notablemente el número de depravados que tienen en plantilla.