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LoginRamón Cotarelo tiene el timbre de voz de los viejos profesores. De los viejos buenos profesores. Aún usa el determinante artículo para referirse a según qué países –el Paraguay-, cita a Marx por su nombre en castellano –Carlos- y usa expresiones maravillosas como “¡Santo Cielo!”, que ya sólo leemos y casi nunca escuchamos. Le ocurre lo que a la gente culta: se dispersa fácilmente. Habla de un asunto que conecta con otro, y luego con otro. Pero, cuando uno cree que se ha perdido definitivamente, es capaz de volver al tema original y responder a la pregunta.
Cotarelo es
catedrático de ciencias políticas en la UNED y cabalga contradicciones. Se denomina a sí mismo “nacionalista español” y, al mismo tiempo, es valedor del independentismo catalán en Madrid. Amigo de la gente de las CUP, ha participado incluso en actos del partido antisistema. Hay vídeos de esos mítines y de programas de televisión en los que usa expresiones muy gruesas contra “la derecha”, la España carpetovetónica y la tradición, en el sentido amplio de la palabra, que, a su juicio, ha condenado al país. España, dice, ya no tiene solución. Su último libro, La desnacionalización de España, abunda en esa tesis. El profesor habla de “una casta de incompetentes, inútiles, asesinos, oligarcas, terratenientes, curas que ha estado gobernando este desgraciado país en los últimos 300 años y nos ha puesto a todos bajo su bota”. Es pesimista respecto al proyecto común y traslada gran parte de la responsabilidad a “cuarenta años de tremebunda dictadura que ha hecho añicos toda posibilidad de entendimiento en este país”. El franquismo y, sobre todo sus consecuencias, están muy presentes en su discurso. Cree que la derecha actual “debería aceptar una comisión de la verdad y la reconciliación y cumplir con lo que se le exija en dicha comisión”. El Partido Popular constituiría, a su juicio, la herencia política del régimen, pero también su herencia genética. Y pone el ejemplo de la novia del exministro Wert, Montserrat Gomendio Kindelán, “descenciente del Kindelán que bombardeó Guernica”.
(...)
Yo creo que España es un estado plurinacional y su fracaso es no reconocerlo. Me considero nacionalista español y le digo que España es una nación de naciones.
-Eso es una contradicción de términos
¿Por qué?
-Porque una nación de naciones deja de ser una nación.
¿Qué es Suiza?
Una confederación de estados, una confederación helvética.
Dentro de Suiza los franceses, los italianos, los alemanes, por no hablar de los romanches, son todos ellos…
... ¿naciones?
Claro. Y España es una nación de naciones.
-Una nación se caracteriza por ser soberana. De modo que en una nación de naciones la soberanía pasaría a ser múltiple y fragmentada y, por lo tanto, dejaría de ser una nación.
Está confundiendo nación con Estado. La nación no tiene por qué ser soberana, el Estado sí. Es un término elástico el de nación. Sólido pero etéreo. Donde quiera que nace esa idea es imposible eliminarla. Estado y nación no son lo mismo, aunque están muy unidos. El Estado es la configuración político jurídica de la nación y la nación es un sentimiento. No tiene fundamentación objetiva alguna. La soberanía es el elemento definitorio del Estado.
(...)
Cataluña es una fuente de riqueza… pero claro, hablan otra lengua, y eso debe ser pecado mortal.
(...)
Yo no creo que España tenga salvación salvo que se produzca un revulsivo muy fuerte.
-¿Cómo por ejemplo?
La independencia de Cataluña.
-¿La independencia de Cataluña sería beneficioso para lo que quedase de España?
Por supuesto. España necesita un revulsivo para que nos sentemos a considerar qué hemos hecho con nuestro país. Por qué hemos abandonado el país en manos de una oligarquía de incompetentes antinacionales y sinvergüenzas que ha estado gobernando el país desde el tiempo inmemorial.
-La última, facilita, ¿qué va a pasar en Cataluña?
No tengo ni idea.
-Lo imaginaba. Pero es catedrático, es politólogo y conoce a muchos de los protagonistas, tendrá una opinión.
Mire, ellos (los nacionalistas) van a seguir y el gobierno central no va a hacer nada. He oído a Francesc de Carreras, ¡Santo Cielo!, pidiendo el estado de sitio, ¡y es jurista! Además de que no pueden declaralo.
-¿Por qué?
Porque estamos en Europa. Al final Europa va a obligar a una solución negociada. Y esa solución negociada va a pasar, necesariamente, por la celebrción de un referéndum que muchos llevamos reclamando hace años. Un referéndum que, si se hubiera celebrado en su momento, se hubiera ganado.
Cuando dice "se hubiera ganado", ¿quién lo hubiera ganado?
¿Le cabe alguna duda?
