que yo sepa la ley de vagos y maleantes impuso penas y medidas de seguridad pre-delictuales, y no post-delictuales como debe de ser.
tampoco volveriamos al derecho penal de autor ya que existen delitos especiales propios e impropios en los que la pena es agravada por tener una determinada funcion/profesion y me pareceria muy correcto que en este caso, abusos a menores por parte de párrocos, existiese este tipo de agravacion precisamente por lo que comenta la compañera tortuga...
He dicho que volveríamos a los principios que inspiraron la "Gandula", no que se volviese a poner en vigor, pero ya que ha salido el tema, si bien es cierto que preveía medidas de seguridad predelictuales, también era de aplicación a quien hubiese reincidido en el delito:
Artículo 3º: También estarán sometidos a los preceptos de esta Ley:
Primero. Los reincidentes y reiterantes de toda clase de delitos que sea presumible la habitualidad criminal.
Segundo. Los criminalmente responsables de un delito, cuando el Tribunal sentenciador haga declaración expresa sobre la peligrosidad del Agente.
Pero la discusión no creo que se deba ceñir al carácter de esa Ley, sino al hecho de que si se castiga más gravemente el hecho si es cometido por un miembro de la iglesia católica, ¿por qué no se hace lo propio con un maestro?, y si se acepta que también el maestro debería ser castigado más severamente, ¿por qué no también con un monitor de colonias?, y si se acepta que funcione como agravante el que se cometa el hecho por un monitor de colonias, ¿por qué no se aplica el mismo rigor punitivo para con un entrenador de fútbol de alevines...?
No estamos ante un delito especial como puede ser la prevaricación administrativa del art. 404, sino ante un delito común, por lo tanto sólo caben aplicar en su caso las agravantes genéricas del art. 22 CP, aquí sí sería posible la de abuso de confianza, que vendría a ser una solución más justa que si se tipificase como especial impropio el delito de pederastia cometido por un cura, pues éste bien puede cometer el delito sin aprovecharse de tal condición, luego lo más lógico y justo es aplicar la agravante antes mencionada caso por caso, y no sólo para el cura, para todo pederasta.