Hola tod@s:
Creo que muchos compañeros no saben en realidad que es el ajedrez. Este juego-ciencia es fácil de jugar, pues sus reglas son sencillas, sin embargo saber jugar con oponentes de un cierto grado de conocimiento sobre el ajedrez es todo un reto. Uno juega contra el adversario pero a la vez juega consigo mismo, delante del tablero de ajedrez hay dos personas físicas, pero sin embargo son cuatro pues ambos tienen que hacer su jugada y a la vez estudiar las posibles respuestas del adversario. En cada jugada existe un muro de silencio que separa y une a los contendientes. El enfrentamiento ¿es una contienda, consigo mismo?. Porque en ningún otro juego se expone de manera tan evidente la propia inteligencia, de manera tan exclusiva la posibilidad de una derrota, el reconocimiento, al rendir el propio rey. Luego, la pesadilla retrospectiva; si hubiera hecho esto, si hubiera movido el alfil, la torre, el peón…, de tal o cual manera, si hubiera estado más atento, si hubiera observado mejor el movimiento de su mano, los gestos de su cara, si no me hubiera dejado estar con ese peón adelantado, etc.
Un deporte ¿lo es, en realidad?, donde el esfuerzo físico no cuenta, o cuenta en mínima medida, donde los músculos mentales, en cambio se han desarrollado de un modo monstruoso. Eso se ve, pero sólo ante el tablero. ¿Y el tablero, esos escaques, que mirados de otra manera, llevan a la multiplicación de ilusiones ópticas, simétricos, monótonamente cuadrados, cada uno un abismo, un pozo de acechanzas, el canto de una sirena seductoramente fatal? Cada escaque, un destino, imprevisible en sus consecuencias más remotas. Sorpresa tras sorpresa. ¿Un juego, un deporte como los demás? Peor, la Lucha se plantea en términos de una mente, de sus posibilidades y potencialidades, que son finitas, contra otra igualmente finita. Pero lo psíquico es más, un alma, un soplo, batiéndose contra otra entidad psíquica. Al final llega el goce o la derrota, en consecuencia, la suma de todos los vocablos, desborda sentimientos, ideas y emociones, rebasa los poderes múltiples de sus múltiples significaciones. Sesenta y cuatro escaques. Treinta y dos piezas.
El ajedrez debe estudiarse como un estudiante estudia matemáticas, la más exacta de las ciencias, ya que se compone de reglas casi exactas, más en la apertura y en el final. Las infinitas combinaciones y variantes del juego del ajedrez, un vértigo mental, emocional, un totum revolutum. Grandes matemáticos y científicos del pasado estudiaron ajedrez, tales como Pascal, Newton, Einstein, etc. etc. etc.
Alberto Oria Blasco es el director de la escuela de ajedrez Valdesva y fue fundador y presidente del club del mismo nombre." A mí me enseñó un catedrático de Latín del Instituto de Luarca , Francisco Pejenaute. Jugando al ajedrez descubrí que estudiaba mejor, que tenía más agilidad mental y que las matemáticas se me daban mejor. Seguí practicando mientras estudiaba Magisterio en Oviedo. Y desde que vine destinado a Trevías, hace 32 años, siempre he enseñado ajedrez".
Centro M. Lermontov de Salamanca da clases semanales de ajedrez que son impartidas por Boris Zlotnik, maestro internacional de ajedrez y ex-catedrático de ajedrez en la Universidad de Deportes de Moscú.
Como veréis, a diferencia del parchís que es un juego de azar, el ajedrez es una ciencia que se impartes en muchos países muy desarrollados, que cuentan con verdaderas escuelas de ajedrez que son aulas para grandes profesionales en las distintas ramas de la ciencia, por ejemplo, el caso de D. Zolio Alvarado Flores es catedrático de ajedrez y ciencias sociales y teología. Algunos se preguntarán que pinta el ajedrez con la teología o las ciencias sociales, pues simplemente que se complementa. Nuestra carrera, el Derecho, está dentro de las ciencias sociales, luego la conclusión de porque nuestra UNED a través de su Fundación imparte cursos de ajedrez está más que fundamentada.
Un saludo,