Aunque es cierto que no se requiere forma alguna para establecer obligaciones, se diría que estan ambos obligados, pues cada uno aportó de buena fe aquello que poseía.
El problema viene ahora, en que uno de ellos hace testamento.
Decide dejar su herencia a sus sobrinos a partes iguales. Y el otro cree que su hijo ha de obtener más que sus primos, ya que él contribuyó a crear la riqueza que ahora se reparten.
Podría denunciarlo por chantaje, pero recuerda la vieja maldición gitana, ya la sabréis "Dios te mande pleitos, aunque los ganes".