Para nada cursi mrosadeza. Me ha encantado tu mensaje; el mismo nos sirve para los que aún no hemos terminado la carrera (a mi particularmente me falta un mundo), y nos sirve para darnos cuenta de que hay personas que aún en los momentos difíciles, no tiraron la toalla y hoy, o este mes o este año, ven cumplido su sueño, LICENCIARSE. Nadie dijo que fuera fácil, y hoy recibis el laurel de vuestra victoria personal. Un laurel que nadie os puede quitar ni nadie os regala, porque os lo habéis puesto vosotros en la cabeza debido tan sólo a vuestro esfuerzo; aunque muchas veces se diga que si los que estudiamos derecho somos más empollones, más cerebritos, pienso que eso no tiene nada que ver. Lo podemos ser, pero si hay algo que nos empuja hacia adelante, quizás son las experiencias vividas, el haberte caido una vez y otra vez y haberte levantado, el estudiar todos los días, el que te caigan lágrimas sobre los libros cuando no los entendías al principio y sentías rabia, el coraje, la voluntad, la superación. Pero ahora me pregunto yo: ¿realmente no es eso lo que habrá de tener presente un abogado cuando esté trabajando? ¿Quién tendrá más futuro en la profesión? ¿Un cerebrito o alguien que siendolo o no siéndolo se haya dejado el alma en el camino? ¿Cuántas veces nos meteran la zancadilla en nuestra profesión? Pues yo respondo: nos pondrán la zancadilla las misma cantidad de veces al día que cuando nos tomamos un café, y en ese momento el derecho romano, mercantil y civil no vendrán en nuestra ayuda; sólo vendrá en nuestra ayuda el coraje, la supervivencia, el esfuerzo, que habremos ido cultivando en esto que se llama UNED, y durante aquello que llamamos vida.
