Primero: como republicano me asquea enormemente la identificación República = Frente Popular.
No insistáis, la tesis de que el Frente Popular ganó las elecciones no tiene más prueba que vuestra propia afirmación. Frente a ello, hay todo un Besteiro, un Alcalá Zamora, un Lerroux, etc. no precisamente pertenecientes al patrioterismo nacionalcatólico que luego se impuso. Se ocuparon las urnas, se puenteó a una judicatura democrática y se soltó a criminales que estaban ahí precisamente por rebelarse.
Y por delitos comunes, fueron condenados gentuza como Companys.
Y luego está el tema de una colectivización a mi juicio estúpida: entre Besteiro y Franco, me quedo con Besteiro, entre Lerroux y Largo, con Lerroux. Lo que pasa es que en el FP no mandaban ni Azaña ni Besteiro, sino gentuza como Largo y su "muerte a la burguesía criminal", Carrillo el de Paracuellos, sádicos como Companys o García Atadel. Ahí están los llamamientos del PSOE a la Guerra Civil: la quisieron y la provocaron por su extremada brutalidad, en contra de gente sensata como Besteiro.
Había muchas sensibilidades en los dos bandos. En parte del nacional, una fue la de que había que sobrevivir, que había que adoptar una actitud de reforma de todo lo que había quedado obsoleto del antiguo régimen. Que ya estaba bien de "pérfida Albión", de "malditos gabachos" y que debíamos mirar qué cosas habíamos hecho mal. Esa idea reformista, también estaba presente en algunos sectores de los republicanos digamos pragmáticos.
Pero quien estaba al mando de la República española realmente eran los Stalin, Largo, Negrín, Prieto, Carrillo, etc. Y esta gente no tenían propósito reformador: ahí están sus apelaciones a la dictadura del proletariado, sus quemas de conventos, sus chekas. Ahí por todo lo demás, como muestra de sus intenciones, los impresionantes carteles de Lenin y Stalin, sus panfletos revolucionarios, es que no se puede negar.
Y quien estaba al mando de los rebeldes era el paranoico Franco: con sus fantasmas, sus pérfidas albiones, su patrioterismo, su espíritu redentor en el mal sentido, etc.
Pero todo ello no resta ni un ápice de legitimidad al alzamiento: se defendían de los exterminadores, del terror de los que pasaban por las calles con la urna en una mano y la pistola en el otro, al mejor (o peor según se mire) estilo de la banda terrorista ETA.
Niego toda esta terminología ficticia de izquierda y derecha, hiperlegitimidades, nacionalescatolicismos o superioridades morales: creo que lo mejor del pensamiento fue la filosofía, esto degeneró en religión y la religión en ideología. Estoy en contra de todo moralismo, incluido por supuesto el de la nueva inquisicion del nuevo Torquemada: Garzón.